Odón Hernández Zamora, un comerciante de 47 años, fue asesinado a balazos y machetazos por desconocidos que lo interceptaron la mañana del martes 31 de diciembre en el sector de El Cacao Arriba, 6 kilómetros al sureste de la cabecera municipal de Wiwilí, en el departamento de Jinotega.
El comerciante regresaba del poblado de Wiwilí, donde había hecho compras para abastecer la pulpería que tenía en su casa en la comunidad La Naranja; pero, por razones todavía inciertas, los desconocidos le asestaron al menos ocho machetazos y seis balazos, estos presuntamente realizados con un revólver calibre 22.
La Policía Orteguista (PO) llegó al lugar para investigar y, entre las pertenencias de Hernández, encontró un cuchillo, una calculadora y una billetera conteniendo documentos personales y facturas de compras.
Cerca del cuerpo estaban dos bestias cargadas con arroz, aceite, azúcar y otros productos que la víctima había comprado en Wiwilí, por lo que los investigadores descartaban el robo como posible motivo del crimen; sin embargo, continuaban realizando averiguaciones.
2019 violento
El crimen contra el comerciante Hernández cerró un año violento en el departamento de Jinotega, donde hubo al menos 112 muertes de naturaleza homicida en todo 2019, lo que representa un incremento de 49 por ciento respecto de los crímenes reportados por la PO en su anuario de 2018 en ese mismo territorio de 9,755 kilómetros de extensión superficial.
La cifra de 2019, extraoficial por el secretismo policial, equivale a un 85 por ciento más que la reportada oficialmente para el departamento de Jinotega en todo 2017 y más del doble que los crímenes ocurridos en ese territorio en 2016.
En todo 2019, LA PRENSA documento que los criminales usaron armas de fuego en un poco más de la mitad de los casos; mientras que en un 40 por ciento usaron armas blancas y 11 de las víctimas recibieron heridas combinadas por ambos tipos de armas.
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