
Mons. Báez obispo auxiliar de Managua, quien fue trasladado al Vaticano en 2018 para “resgaurdar su vida”, pidió desde Miami al presidente Daniel Ortega y a su vicepresidenta y esposa, Rosario Murillo, “bajar el tono del lenguaje agresivo” y recordar que nada es eterno, mas que Dios.
Su comentario llegó mientras Nicaragua celebraba la más importante festividad religiosa dedicada a la Inmaculada Concepción de María.
“Nadie es eterno. Que se pregunten qué legado quieren dejar detrás de ellos, porque todos pasamos y todo termina y es importante encontrarle un sentido a la vida para al final decir: Valió la pena vivir y me recuerdan no con odio o resentimiento sino con gratitud. Creo que es hora de que piensen en eso. Nadie es eterno, también el poder se acaba. Ningún poder es eterno, solamente como dice un salmo ‘el Señor existe desde siempre y vive para siempre'», expresó Báez.
El obispo fue recibido por centenares de nicaragüenses exiliados que acudieron a la Iglesia Santa Ágata, de Miami, para escuchar a quien levantó su voz en medio de la violencia desatada por el gobierno de Ortega hacia los que protestaron en su contra.
Báez ofició una misa en esta parroquia cercana a la llamada Pequeña Managua, en el suroeste de Miami. En abril pasado, luego de reportarse un posible atentado contra la vida del obispo Báez, el papa Francisco le pidió que suspendiera sus funciones como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua y se presentara a Roma, donde ha permanecido desde entonces.
Fuente: VOA
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