
El obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, exhortó a los nicaragüenses a “construir juntos la Nicaragua que todos anhelamos”, caminando por la propia historia del país y así “superar la crisis social, política, económica e incluso cultural que estamos viviendo”.
Al final de una misa que presidió el Nuncio apostólico en Nicaragua, Waldemar Stanislaw Sommertag y, ante miles de peregrinos que este domingo 21 de julio llegaron al Santuario del Divino Niño, 12 kilómetros al norte de la ciudad de Matagalpa, monseñor Álvarez también llamó a trabajar por “una Nicaragua con justicia social”.
“Todos anhelamos construir una Nicaragua con aquellos elementos fundamentales que constituyen a una nación: la paz, la justicia —que no es ni puede ser venganza, sino que para nosotros es misericordia—, el progreso, la estabilidad, la democracia institucionalizada y la justicia social, que es aquella economía en la que el pobre, el sufriente y el sufrido tiene un lugar preferencial y privilegiado y donde se trabaja por el desarrollo humano integral y sostenible, esa Nicaragua todos la anhelamos”, dijo monseñor Álvarez, mientras la multitud le aplaudía y gritaba vivas.
Agradeció al Nuncio en Nicaragua
“Rolando, amigo, el pueblo está contigo”, coreó la feligresía en distintos momentos del mensaje del obispo que, además, agradeció al Nuncio por haber llegado a presidir la misa y “por la extraordinaria labor humanística que usted realizó en favor de tantos hermanos y hermanas nicaragüenses, logrando con sus gestiones la excarcelación de ellos”.
El Nuncio, así como el representante de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos, Luis Ángel Rosadilla, sirvieron como testigos y acompañantes de las negociaciones entre el régimen de Daniel Ortega y la Alianza Cívica, por las cuales fueron excarcelados más de 200 presos políticos.
Iglesia de puertas abiertas
“Queremos decirle que estamos construyendo una iglesia de puertas abiertas, una iglesia donde ya no solamente cabemos los católicos, ahora ya es normal que en nuestras peregrinaciones y celebraciones también nos acompañen nuestros hermanos evangélicos, el pueblo evangélico”, dijo monseñor Álvarez al Nuncio, asegurándole que es también un hábito que participen incluso los no creyentes.
El obispo de Matagalpa también celebró la asistencia a la peregrinación de “hermanos de signos políticos diferentes y hasta con posturas contradictorias entre sí y digo me ha alegrado mucho, porque entonces significa que Dios está haciendo que su iglesia sea instrumento de conciliación y de encuentro, donde podamos mirarnos a los ojos sin sentirnos extraños, sin humillarnos…”.
“Cuando en medio de las diferencias políticas o ideológicas somos capaces de respetarnos, entonces, amadísimos, efectivamente también seremos capaces de construir juntos la Nicaragua que todos anhelamos”, enfatizó monseñor Álvarez.
«Potencial interior»
Agregó que “los nicaragüenses tenemos un potencial interior que nos ha dado Dios, que nos ha dado la vida y que nos ha dado también nuestra historia. Somos capaces de sentarnos todos y juntos en la misma mesa, cada uno en su sitio y compartiendo el pan con dignidad. Tenemos que trabajar en esa Nicaragua con justicia social, para que se vaya acortando definitivamente esa brecha terrible entre algunos pocos que tienen casi todo y muchos, la inmensa mayoría, que tienen casi nada”.
“Con la convicción y la certeza, hermanos amadísimos, nicaragüenses, que lo podemos lograr. Vayamos caminando, como hemos peregrinado hoy, por los caminos, no de cualquier historia, sino de la historia nuestra, de la historia de nuestra amada Nicaragua”, finalizó el prelado.
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