El cuerpo del matagalpino Reynaldo Antonio Guevara Rodríguez continuaba en una morgue en México, donde su esposa Alicia Reyes no había podido verlo porque “todavía faltan unos trámites y (conseguir) unos papeles para ver si lo podemos trasladar a Nicaragua”.
Pero, el Consulado de Nicaragua en Monterrey estaba cerrado por el fin de semana y será este lunes cuando Reyes irá a primera hora “para que nos den los permisos… esperamos que nos hagan los papeles rápido para poderlo trasladar lo más pronto posible”, dice la joven cuya voz denota su dolor.
El matagalpino Guevara Rodríguez, de 31 años, murió sepultado en una zanja donde estaba laborando en una obra de drenaje pluvial, cerca de las 8:00 p.m. del viernes 28 de junio recién pasado en una calle de la colonia Los Valles en Juárez, al este de Monterrey en el estado de Nuevo León, México.
Aunque su jornada laboral concluía a las 5:00 p.m., el día de la tragedia Guevara avisó a su esposa que se quedaría haciendo horas extras para poder recibir un poco más de dinero al momento de su paga.
“Lo pusieron a colocar un tubo en una zanja y de pronto le cayó el montón de tierra encima”, cuenta Reyes que le revelaron los compañeros de trabajo de su esposo.
Según reportes de distintos medios de comunicación mexicanos, miembros de Protección Civil del Estado llegaron a atender el llamado de emergencia de los compañeros de trabajo de Guevara, pero este ya no presentaba signos vitales. Al lugar llegaron después policías y peritos que investigaban el suceso.
Matagalpino se fue hace un año
Guevara, conocido por sus amistades como “El Chato”, tenía un hijo de 4 años con Reyes, quien además está embarazada. Residían en el barrio El Cementerio, al sur de la ciudad de Matagalpa, cerca de la zona donde, el año pasado, universitarios y pobladores que les respaldaban, establecieron barricadas y tranques como parte de las protestas iniciadas en abril de 2018 contra el régimen de Daniel Ortega.
Reyes cuenta que, en Matagalpa, a su esposo “lo andaban buscando por eso de la política”, por lo que este tuvo que irse del país en junio de 2018 y, un tiempo después, logró conseguir el estatus de “refugiado” en México.
Siempre pensando en su esposa e hijo, Guevara realizó trámites para poder reunirse con ellos, de manera que Reyes y el niño partieron de Nicaragua el 16 de marzo de este año.
Reunida la familia, “él dijo que nos íbamos a quedar aquí, que él iba a trabajar y nos íbamos a estar un tiempo para mientras se calmaba todo en Nicaragua”, cuenta Reyes.
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