Algunas fincas en zonas altas en los departamentos de Jinotega y Matagalpa, este último donde la cosecha cafetalera del ciclo 2018-2019 ha sido levantada en aproximadamente el 95 por ciento, ya se encuentran en la llamada fase de “repela” o recolección de los últimos granos de café. Sin embargo, la mayoría de caficultores aseguró haber operado con pérdidas considerables e incluso algunos quedaron en estado de iliquidez.
Aura Lila Sevilla, presidente de la Alianza Nacional de Cafetaleros de Nicaragua (ANCN), afirmó que “con esos precios bajos que hemos tenido, el productor operó con pérdidas en este ciclo y queda en un estado de iliquidez total que no le permitirá siquiera realizar las labores iniciales en su finca y eso significa cierre”.
La crisis sociopolítica que enfrenta el país desde abril de 2018, sumada a la falta de financiamiento, bajos precios internacionales del grano y altos costos de producción, fueron los factores adversos para los productores que consideran un futuro incierto para la caficultura nacional.
Todavía falta una parte de la cosecha en Jinotega, mientras que en Nueva Segovia la maduración fue tardía y los cafetaleros de ese departamento, que destaca por la alta calidad del grano, estiman que los cortes podrían extenderse hasta finales de marzo o principios de abril, comentó Sevilla.
Jinotega y Matagalpa aportan más del 70 por ciento de la producción nacional de café y la dirigente gremial calificó como “buena” la cosecha del ciclo 2018-2019 en ambos departamentos, aunque señaló que “una de nuestras grandes preocupaciones es la incertidumbre por la falta de financiamiento”.
Ventas a precios bajos
Joaquín Solórzano Lanzas, presidente de la Asociación de Cafetaleros de Matagalpa (Asocafemat) coincidió al apuntar que en esta cosecha “la mayoría (de productores) trabajó con pérdidas, los cafetaleros tuvieron que ingeniárselas vendiendo distintos bienes y vendiendo el mismo café a precios bajos, solo para darle vuelta al dinero y resolver el pago a los cortadores”.
Generalmente, una vez que terminan los cortes en las fincas, los caficultores emprenden labores de deshierba y la primera aplicación de fertilizantes. Esta vez, por falta de recursos, quienes ya finalizaron la cosecha no han podido realizar esas actividades.
“La cosecha estuvo buena, pero no compensó para hacerle frente a los precios bajos. Al principio (de la cosecha, que en Matagalpa comenzó en algunas fincas a mediados de julio de 2018) tuvimos bajos rendimientos, pero ya después la cosa se fue mejorando… lo que nos agobia es el bajo precio y los altos costos de producción”, indicó Sevilla.
Inseguridad en Jinotega
En materia de seguridad pública, Solórzano apuntó que en Matagalpa “la incidencia negativa fue mínima porque todos tomaron precauciones, los trabajadores optaron por quedarse en fincas cercanas a sus comunidades y por cuestiones de seguridad evitaron emigrar a otras zonas alejadas de sus casas”.
Las cosas han sido distintas en el departamento de Jinotega, donde se han reportado crímenes contra obreros agrícolas, comerciantes y productores, además de varios asaltos a acopiadores de café.
Solo en lo que va de este año fueron asesinados, en fechas y circunstancias distintas, los cafetaleros Leonel Dávila García y Oliver José Montenegro Centeno en el municipio El Cuá; así como Pedro de Jesús Valdivia en Santa María de Pantasma.
También en El Cuá fue asesinado el comerciante de café José Esteban Pao Rugama; mientras que en una finca del municipio de San Rafael del Norte ocurrió el homicidio contra el cortador de café Félix López, este último crimen cometido presuntamente por otro obrero agrícola.
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