Más que una tradición, caminar cada año un poco más de 17 kilómetros hacia el Santuario Diocesano de Nuestro Señor de Esquipulas, en el municipio de Esquipulas, Matagalpa, para Josseling García es una muestra de la devoción inculcada por sus padres desde que ella era una bebé.
García, originaria de San Dionisio, tiene 18 años y asegura que participar en la peregrinación hacia el Santuario, del llamado Cristo Negro, “es una gracia que Dios me ha dado, porque cada día nos da la vida y cada día debemos servirle mejor”. Este año, su caminata del 15 de enero tuvo una intención primordial: pedir a Dios “principalmente por la paz en Nicaragua”.
La peregrinación a Esquipulas fue iniciada en 1994 por el entonces obispo de Matagalpa y actual arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, y es una de las jornadas por las que los feligreses le llamaban el “obispo peregrino”.
Durante los 24 años previos, la peregrinación, seguida de una multitudinaria vigilia en los alrededores del Santuario, había sido cada 14 de enero. Sin embargo, debido a la crisis sociopolítica que enfrenta el país desde abril de 2018, más de 300 líderes de las 28 parroquias de la Diócesis de Matagalpa, reunidos en noviembre pasado dispusieron suspender la vigilia y realizar la caminata el 15.
Alcaldía realiza su propia vigilia
Las autoridades locales instalaron una pequeña tarima en la esquina de la Alcaldía y pretendieron hacer su propia vigilia la noche del 14, pero la afluencia “fue raquítica”, comentó un parroquiano que prefirió omitir su nombre.
Con el cambio de fecha y horario, García tuvo que alistarse más temprano; igual que miles de feligreses que se congregaron en los tres puntos de partida: el poblado de San Dionisio; la comunidad El Rodeo del municipio de Muy Muy y la comunidad El Cacao, de Ciudad Darío.
Francis Mendoza llegó de Managua a San Dionisio para caminar desde allí hasta Esquipulas. “Desde pequeña me traían mis abuelos, vengo por devoción y pues algunas cositas que uno va pidiendo cada año, pero ahora pido primeramente por la paz de Nicaragua en esta incertidumbre que estamos pasando”.
Eyner Tórrez, un joven del municipio de Terrabona dice que “por la situación que está viviendo el país es que hemos experimentado (la peregrinación) solo en un día, pero la verdad es más emocionante cuando es durante dos días”.
Hace tres años que Tórrez comenzó a peregrinar. Le queda más cerca partir de El Cacao, pero esta vez caminó desde San Dionisio “agradeciéndole al Señor de Esquipulas por milagros recibidos y también presentando ‘dones’ de mi familia, porque solo yo pude venir”.
Velas en el altar al Cristo Negro
Los familiares de Tórrez le pidieron llevar unas velas y encenderlas en el altar al Cristo Negro en el Santuario, donde feligreses de todas las edades hacen lo mismo, unos en gratitud por favores recibidos, otros con peticiones diversas, principalmente relacionadas con la salud personal o de familiares y, la mayoría con intenciones generales que incluyeron a los asesinados por la represión estatal, a los presos políticos, a los exiliados y a los familiares de estos.
Francisco Orozco, de Plan de Monte, un sector de la comunidad Trujillo, en el municipio de Darío, fue a Esquipulas “ofreciendo este sacrificio por el perdón de mis pecados y la conversión de mi familia”.
En tanto, el joven Evelio José Pérez Martínez, originario de Muy Muy, caminó por segundo año seguido desde El Rodeo para pedir “por mi familia y por todas las personas que están enfermas”.
Flor de María Gaitán Granados, por su parte, peregrinó por primera vez. Ella es de Piedra Colorada, en San Dionisio y llegó “principalmente a pedir por la paz de Nicaragua y por mi salud, para que el Señor nos siga bendiciendo en nuestros hogares”.
Aquiles Meza, de Matagalpa, lleva dos años asistiendo a Esquipulas y “solo podría hacer la invitación a las personas para que vengan y se den cuenta por ellos mismos y sentirán lo bueno que es. Tantos milagros y tantas formas que pueden recibir aquí las bendiciones, que es mejor experimentarlo, vivirlo y participar en la Eucaristía, por eso vine a dar gracias a Dios, más que a pedir”.
Más peregrinaciones
Al final de la misa, que este año fue presidida por el Nuncio Apostólico en Nicaragua, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, consideró que en esa jurisdicción “es una iglesia penitente” y anunció las próximas peregrinaciones previstas.
En múltiples parroquias de la Diócesis, incluyendo las siete en la ciudad de Matagalpa, realizarán la peregrinación dedicada a Jesús de la Divina Misericordia, el domingo 28 de abril, que, a su vez, será el segundo domingo de pascua.
El 5 de mayo será la peregrinación a la Montaña de la Paz, un recorrido de cuatro kilómetros desde la catedral San Pedro Apóstol hasta la Cruz de la Paz, en el Cerro Apante, en la ciudad de Matagalpa. “Vamos a subir el cerro de la paz a pedir por la paz en Nicaragua, cuidado se me queda alguien en la casa, vamos a orar y a hacer penitencia… todo el pueblo de Dios para allá”, dijo el obispo.
Luego será la peregrinación hacia el Santuario del Divino Niño, en la ruta tradicional a Jinotega, prevista para el 22 de julio, y “todos a peregrinar y a pedir a los méritos de la infancia de Cristo que sigan ayudando a Nicaragua”.
Facebook Comments