
“La Navidad es un acontecimiento de luz”, afirmó el obispo de la diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, llamando a los feligreses a dejarse “inundar” de la luz de Cristo y a ser “partícipes activos” en la construcción de la paz.
Durante la misa de Nochebuena que presidió este 24 de diciembre en la catedral San Pedro Apóstol en Matagalpa, monseñor Álvarez explicó que “en el Niño de Belén se realiza el encuentro entre Dios y el hombre, porque Dios se hace hombre, inaugurando una nueva etapa de la historia en la que todo lo creado ha sido llamado al encuentro, al perdón, a la reconciliación, a la paz”.
Pero, según el jerarca católico, esa nueva etapa de la historia es inaugurada en cada Navidad, cuando “se afianza nuestra fe en el poder redentor de la palabra hecha carne, que derrota al mal y nos libera a todos de la esclavitud de la muerte”.
“Nos toca a nosotros en esta noche santa, amadísimos, vencer con Él el misterio del pecado y de la maldad, haciéndonos partícipes activos de la solidaridad y de la construcción de la paz, Él nos libera de las tinieblas del mal y nos pide que ofrezcamos nuestra contribución concreta para que se realice su designio de salvación, de paz y esperanza”, agregó el obispo.
Asimismo, señalo que el Niño acostado en la pobreza del pesebre, es “señal de Dios” e invitó a los feligreses a contemplarlo como una esperanza para las familias y pueblos.
“Dios se ha manifestado como niño, así se contrapone a toda violencia, a toda soberbia, a toda vanidad, ¿quién podrá tener miedo a un niño acostado en un pesebre?”, continuó monseñor Álvarez en su homilía.
Además, citando al Papa San Juan Pablo II, monseñor Álvarez clamó porque “cesen tantas formas de creciente violencia, causa de indecibles sufrimientos, que se apaguen tantos focos de tensión, que se consolide la voluntad de buscar soluciones pacíficas, respetuosas de las legítimas aspiraciones de los hombres y de los pueblos”.
“Niño de Belén, profeta de paz, alienta las iniciativas de diálogo y de reconciliación, apoya los esfuerzos de paz que, aunque tímidos, pero llenos de esperanza se están haciendo actualmente por un presente y un futuro más sereno. Por doquier se ve la necesidad de paz, tu que eres el príncipe de la verdadera paz, ayúdanos a comprender que la única vía para construirla es huir horrorizados del mal y buscar siempre con valentía el bien”, prosiguió el obispo con la cita de San Juan Pablo II.
El jerarca católico también llamó a los fieles a que “acerquémonos al misterio de Belén, dejémonos iluminar, dejémonos inundar de la luz de Cristo, adoremos al hijo de Dios que ha nacido. Hoy, hermanos y hermanas, en el misterio de la fe y de la gracia ha descendido la paz y la justicia sobre nosotros, porque ha nacido el Salvador”.
“De todo corazón deseo que este misterio de amor, de paz y de esperanza inunde toda la vida de nuestra amada Nicaragua”, finalizó monseñor Álvarez su homilía de Nochebuena.
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