
Aura Lidia Gutiérrez Ochoa, de 21 años, fue declarada culpable por un juez de Matagalpa por los delitos de asesinato y robo agravado, en perjuicio del cambista y vendedor de lotería, Rosario Centeno Aráuz, de 80 años.
Gutiérrez asesinó a Centeno asestándole un golpe con un mazo y tres cuchilladas en el tórax, para robarle 1,078 dólares y 18,175 córdobas en efectivo.
El crimen ocurrió la tarde del pasado 29 de septiembre en el cuarto número siete de un pequeño hotel al centro de la ciudad de Matagalpa.
Tras la evacuación de los medios probatorios, incluyendo la declaración de un testigo propuesto por la defensa, y escuchar los alegatos finales de las partes, el titular del Juzgado Segundo de Distrito Penal de Juicios en Matagalpa, Bernardo Morales Mairena, declaró la culpabilidad de Gutiérrez, procediendo de inmediato a la audiencia de debate de pena.
La fiscal auxiliar Norma Sabrina Estrada Herrera solicitó al juez que imponga las penas de 22 años y seis meses de prisión por asesinato y cinco años y seis meses de prisión por robo agravado. En tanto, la defensa de Gutiérrez pidió la aplicación de las penas mínimas para cada delito.
Morales dijo que notificará la sentencia mediante auto en los próximos días, manteniendo la medida de prisión preventiva contra Gutiérrez.
“Una relación de pareja de manera ocasional”
Según la acusación demostrada en juicio, el cambista Centeno Aráuz y la joven Gutiérrez sostenían “una relación de pareja de manera ocasional” y en fines de semana frecuentaban el hotel donde ocurrió el crimen.
El 29 de septiembre, la pareja fue al hotel. Gutiérrez llevaba un mazo pequeño con cabo de madera y dos cuchillos en un bolso. Una hora y media después, Centeno estaba acostado boca arriba en la cama y Gutiérrez presuntamente le asestó tres cuchilladas en la parte izquierda del tórax.
Según la Fiscalía, la muchacha se apoderó del dinero que andaba Centeno y debajo del colchón dejó los cuchillos y el mazo. Luego intentó irse varias veces, pero los empleados del hotel estaban en la ruta de salida, por lo que ella se devolvía al cuarto.
Cuando la joven se fue, el administrador del hotel fue a la habitación y vio muerto a Centeno, por lo que con el otro empleado siguieron a Gutiérrez, deteniéndola a una cuadra del local.
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