Por la ausencia de más de una decena de testigos, este lunes 27 de agosto, fue suspendida la audiencia de juicio en contra de José Adán Cárdenas Dávila y Juan Pablo Soza Úbeda, acusados de matar a dos personas y herir de gravedad a otras tres en la finca Santa Gertrudis, ubicada en la comunidad San Nicolás, al suroeste de la ciudad de Matagalpa.
El juicio será reanudado el próximo 5 de septiembre, determinó el titular del Juzgado Segundo de Distrito Penal de Juicios en Matagalpa, Bernardo Morales Mairena.
Cárdenas y Soza son procesados como presuntos autores materiales de asesinato agravado en perjuicio de la productora Reyna Gioconda Molina Zamora y del mandador de la propiedad, Douglas Antonio Altamirano González; así como asesinato agravado en grado de frustración contra los hermanos María Marcela y Marco Aurelio Marenco Molina y la esposa de este, Zuleika Vanessa Otero Marín.
Los tres sobrevivientes a la llamada “masacre de San Nicolás”, así como Reyna Karla Marenco Molina y dos peritos policiales, fueron los únicos que declararon este lunes en el juicio para el que la Fiscalía propuso 20 testigos de cargo, incluyendo a investigadores y peritos policiales, además de los forenses Juruj Bartoz y Madalym Lucía Valdivia.
El crimen ocurrió la noche del 4 de marzo pasado. Según la acusación, Cárdenas y Soza habrían actuado por presunto encargo de Pracedes Vladimir Valverde Martínez –acusado en la misma causa como presunto autor intelectual de los hechos– quien supuestamente les pagaría 60,000 córdobas.
Valverde, quien sigue prófugo, fue pareja de Reyna Karla Marenco Molina, quien lo acusó por violencia física y sicológica, delitos por los que el hombre fue condenado a siete años y ocho meses de prisión. Pero, tras un proceso de apelación fue sobreseído.
Tras salir de la cárcel, según la acusación fiscal, Valverde habría contratado a Cárdenas y Soza –a quienes conoció en una celda policial– para matar a su exsuegra y a quienes estuvieran en la casa “para no tener testigos”.
La noche del crimen, Cárdenas y Soza llegaron a Santa Gertrudis simulando ser policías que investigaban un caso de abigeato. El primero vestía como policía y andaba pistola, mientras que el segundo andaba un machete, armas con las que atacaron a las cinco personas que estaban en la casa de Molina Zamora.
La productora murió en el lugar, en tanto, sus hijos, nuera y el mandador Altamirano fueron llevados al hospital de Matagalpa.
Altamirano murió el 21 de marzo, después que estuvo sus últimos 11 días internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del centro asistencial.
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