Magistrados de la Sala Penal del Tribunal de Apelaciones de la Circunscripción Norte (TACN), con sede en la ciudad de Matagalpa, dejaron sin efecto un auto dictado en contra del médico Walter Bismark Zeledón Vega, acusado por violación agravada en perjuicio de una niña, y autorizaron que la defensa pueda obtener pruebas que antes le fueron negadas en favor del procesado.
Zeledón enfrenta un juicio en el que ya fueron evacuadas las declaraciones de algunos testigos y que debía ser reanudado este 13 de agosto. Pero, la sentencia de la Sala Penal del TACN, notificada este miércoles 9 de agosto, anuló todo lo actuado desde el 7 de mayo pasado, cuando la juez especializada en violencia de género, Ivania Sancho Centeno, dictó el auto en el que admitió una ampliación de pruebas ofrecida por la Fiscalía y rechazó tres peticiones de Gilbert Burgos, defensor particular del médico.
Antes de la audiencia de ampliación de pruebas, realizada el 7 de mayo, Burgos presentó un escrito en el que solicitaba autorización para poder entrevistarse con Zeledón y que un sicólogo privado realizara un perfil sicológico del procesado.
Sin revictimizar
También pedía la ampliación del dictamen médico legal y de la valoración sicológica practicados a la niña.
Para evitar la revictimización a la niña, Burgos proponía la formación de una junta de sicólogos para que examinara el expediente policial con las entrevistas únicas y el dictamen sicológico practicado por la sicóloga forense.
La juez rechazó las tres solicitudes de Burgos, indicando que “esta autoridad judicial no procura pruebas a ninguna de las partes…”. Luego programó el juicio para el 4 de junio. Sin embargo, el defensor del médico apeló de la decisión de Sancho y la Sala Penal del TACN dio lugar al recurso.
En la sentencia, la Sala Penal del TACN consideró que en el caso “se está ante una violación de los derechos de la defensa que constituye un defecto absoluto… esta Sala Penal considera que se debe dar lugar a la petición de la defensa, siempre y cuando no se revictimice a la persona de la víctima…”.
Hacia atrás
El proceso contra el médico debe volver hasta la audiencia de intercambio de pruebas y, en virtud de la sentencia de apelación, la juez debe girar oficio al jefe del Sistema Penitenciario Regional de Waswalí, donde Zeledón cumple con la medida cautelar de prisión preventiva, para que el experto propuesto por la defensa, practique el perfil sicológico al médico procesado.
Asimismo, la juez debe girar oficios al Instituto de Medicina Legal y remitir los dictámenes forenses, valoración sicológica y entrevistas únicas, más el expediente fiscal para que sean analizados y que los expertos determinen si esas diligencias “les permite emitir un criterio de los hallazgos de los expertos propuestos por el Ministerio Público”.
Los hechos
De acuerdo con la acusación de la Fiscalía la presunta violación contra la niña ocurrió el 15 de marzo recién pasado en uno de los consultorios de una clínica previsional en la ciudad de Matagalpa, donde laboraba el acusado.
Zeledón atendió a la niña que presentaba dolores en la espalda, la cabeza y “le estaban saliendo unas manchas en la cara”, relata la acusación agregando que el médico diagnosticó que “andaba cólico”, por lo que extendería una receta y una orden para que le practicaran exámenes de laboratorio a la paciente de 11 años.
Eran cerca de las 9:30 a.m. y, cuando madre e hija salían del consultorio para ir al área de laboratorios, el médico presuntamente intervino diciéndole que dejara a la niña porque “necesitaba tomarle otros datos”.
La mujer se fue al laboratorio y una vez que el médico quedó a solas con la niña, el hombre enllavó el consultorio y “ordenó a la víctima que se acostara en la cama porque la iba a examinar… haciéndole creer que le iba a hacer una revisión médica normal…”, apuntó la Fiscalía en la relación de hechos.
“Aprovechándose de las circunstancias de estar solo y su superioridad física, procedió a agredir sexualmente a la víctima…”, a quien presuntamente le introdujo el dedo índice, sin importarle que la niña expresara dolor.
Cuando la madre llegó a tocar la puerta, el médico abrió y ella entregó los resultados de los exámenes. Acto seguido, madre e hija fueron al baño, donde la niña contó lo ocurrido, culpando a su mamá “de lo que le había pasado porque la había dejado sola con el acusado”.
La madre regresó al consultorio a reclamar y, según la acusación, el médico “le pidió que no dijera nada, que lo disculpara, que le pagaría dinero por su silencio, porque no quería perder el trabajo”.
De acuerdo con valoraciones forenses, la niña presentaba “evidencia física” de la agresión sexual además de perjuicios en la salud sicológica.
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