El pueblo sabe diferenciar entre la justicia maligna y la divina, consideró este domingo 22 de julio el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, en la homilía que dirigió ante miles de feligreses que peregrinaron hacia el Santuario del Divino Niño, en el kilómetro 141 de la carretera tradicional entre Matagalpa y Jinotega.
Insistiendo en que “Cristo es el buen pastor”, el jerarca católico, uno de los miembros de la Conferencia Episcopal de Nicaragua que han sido difamados por servir como mediadores y testigos en el estancado diálogo nacional, apuntó que “siempre he pensado, y ahora más que nunca, que el mundo se engaña cuando piensa que estamos solos. El mundo no sabe que Dios está con nosotros”.
“El Señor es mi pastor y nada me faltará. Cuando creemos esto, nuestra vida cambia, nuestra vida se fortalece y ya podemos decir, parafraseando a San Pablo, aunque vengan tiempos de hambre, de persecución, de muerte, cuando sabemos que el Señor es nuestro pastor y que nada nos faltará, entonces también podemos decir quién nos separará del amor de Dios que encontramos en Cristo Jesús Nuestro Señor”, disertó monseñor Álvarez.
Agregó que “esta es la paz auténtica”, la que nace de un corazón sereno, tranquilo y confiado en Dios, pero “tiene que ir acompañada por la justicia”.
“No hay paz verdadera sin justicia, pero la justicia de la que nosotros hablamos no es, nunca ha sido, la justicia de la que habla el mundo, la justicia del que pone a los demás en el banquillo de los acusados y los señala y los quiere llevar al patíbulo y a la condena de la muerte. No es esa justicia de la que hablamos.
La justicia de la que siempre hemos hablado no es la que bajo palabras y discursos de amor, en realidad quieren llevar la venganza, el dolor y la muerte a los demás. No. Esa justicia nunca vendrá de Dios siempre será y vendrá del mal”, expresó el obispo.
A criterio del obispo Álvarez, la justicia divina es la misericordia y “el pueblo de Dios sabe y siente, en lo más profundo de su corazón, cuando alguien habla de una justicia maligna y cuando se está hablando de la auténtica y verdadera justicia, que es la divina”.
Monseñor Álvarez apuntó además que “hay hermanos y hermanas nuestros que están o que andan algunos confundidos y extraviados. También a ellos el Señor les iluminará, porque también de ellos el Señor es pastor y un día ellos volverán a caminar con nosotros y volverán a cantar con nosotros, un pueblo que camina por el mundo gritando ven Señor”.
Facebook Comments