Un fuerte dispositivo de paramilitares y policías fue desplegado la mañana de este lunes en distintos barrios del suroeste de Matagalpa, para despejar las barricadas en las calles y los tranques en la salida hacia Sébaco y Managua, aunque la gente que estaba protestando abandonó esos puntos antes que amaneciera.
Sin balaceras, hasta el momento, las fuerzas gubernamentales se han posicionado en algunas de las barricadas ubicadas en los barrios El Progreso, El Cementerio, Otoniel Aráuz, entre otros.
La semana pasada, universitarios y otros pobladores que los respaldan, decidieron cerrar totalmente el tráfico vehicular en los tranques, permitiendo solo el paso a vehículos de emergencias, como una medida de presión, exigiendo la libertad de cinco jóvenes que estuvieron protestando con ellos y que son procesados en Managua por delitos que el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, ha calificado como “inverosímiles”.
Diversos sectores sociales que conformaron la llamada Coalición Cívica en Matagalpa, habían anunciado la noche del domingo que se retirarían “temporalmente” de los tranques. “Todos los grupos autoconvocados de Matagalpa, los que apoyamos desde los tranques, los que estamos en la lucha cívica y los comité azules y blancos, hemos decidido en nuestra libertad y con apoyo y mediación de la iglesia, retirarnos del tranque temporalmente”, refiere el comunicado.
Se retiran por seguridad
La medida, según el documento difundido a través de las redes sociales, sería “ante los acontecimientos de represión y asesinatos de estado realizados por turbas del orteguismo, esbirros y matones locales aliados al régimen”. Además anuncian que el tranque será reinstalado en los próximos días “con mayor control, orden y seguridad”.
El asedio de paramilitares hacia los manifestantes arreció desde el 2 de julio pasado, registrándose balaceras principalmente en las noches.
Entre la noche del sábado y madrugada del domingo 7 y 8 de julio, respectivamente, hubo ataques en distintos puntos de la ciudad, principalmente en el sector suroeste. Al menos una persona murió y varias fueron heridas.
Un hombre identificado como Arsenio Vega murió por herida de arma de fuego. Su cuerpo fue encontrado la mañana del domingo en una pala mecánica que los manifestantes usaron para tratar de derribar una casa en el barrio El Cementerio, luego que presuntamente fueron atacados por personas que se habrían refugiado en ese inmueble.
Sin tranques
En el departamento de Matagalpa han sido despejados todos los tranques. El viernes 6 de julio, pobladores que mantenían un tranque frente al centro de salud de Río Blanco, abandonaron la protesta, lo que aprovechó la Policía con algunos empleados municipales para despejar la vía.
Igual decisión tomaron manifestantes en el municipio de Matiguás, pero la mañana del sábado 7 de julio, fuerzas paramilitares y policías comenzaron a perseguir a los manifestantes y detuvieron a al menos nueve personas, mientras otros tuvieron que huir del municipio.
La noche del sábado, los paramilitares y policías atacaron varias casas en la comunidad El Diamante, en el kilómetro 161 de la carretera entre Matagalpa y El Tuma-La Dalia, donde detuvieron a tres pobladores que por mediación de los párrocos Carlos Blandón y Mangel Hernández, fueron liberados el domingo 8 de julio.
Al anochecer del domingo, paramilitares y policías atacaron el tranque en el municipio de Rancho Grande. Un joven identificado como Dixon Herrera murió por impactos de bala.
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