Sentado a pierna cruzada sobre unos adoquines, encapuchado, sosteniendo un lanzamorteros y leyendo LA PRENSA al pie de una barricada. La foto, captada por un conocido suyo, fue compartida a través de las redes sociales y rápidamente le llamaron el “vandálico informado”.
Vandálico es uno de los calificativos dados por la primera dama y vicepresidente designada, Rosario Murillo, a los ciudadanos que desde el 18 de abril pasado protestan en las calles de todo el país en contra del Gobierno.
El joven de la foto prefiere reservar su identidad por razones de seguridad, pero recuerda que la foto fue tomada el sábado 12 de mayo pasado, cuando recién amanecía y tomaba café. La noche antes, hubo protestas en la zona céntrica de la ciudad y luego un enfrentamiento en la salida de Matagalpa a Managua, entre manifestantes, principalmente universitarios, contra simpatizantes del gobierno.
En pocas horas los universitarios, apoyados por otros pobladores, establecieron al menos 36 barricadas en la zona suroeste y, al amanecer, surgió la emblemática foto del “vandálico informado”. Desde entonces, este joven delgado, de 28 años, no ha podido ir a su casa y tampoco asistir a su empleo como parrillero en un negocio local.
“Yo comencé yendo a una marcha que salió de la catedral. Unos chavalos del barrio me invitaron a que fuéramos y ya salimos tres compañeros del barrio y todo fue pacífico, gracias a Dios. Entonces me integré más, porque andamos luchando por una patria libre y vamos a sacar toda esa onda de la corrupción del Estado, de la Policía, y Nicaragua tiene que ser libre, tuani, ¿ya me entiende?”, refiere el joven manifestante.
Agrega que “desde esa vez nunca pude ir otra vez a mi casa. Aquí tengo mi ropa, los compañeros me apoyan, aquí duermo y me mantengo. No puedo ir a la casa ni donde mis familiares, porque siempre hay gente que a uno lo quema de andar con los ‘azul y blanco’ y recibo amenazas, entonces aquí me mantengo seguro”.
El “vandálico informado” perdió contacto con su padre desde hace más de 14 años y su mamá falleció en 2007. “Los que se preocuparon por mí fueron mis (seis) hermanos, pero ahorita no he conversado con ellos, porque algunos viven fuera de Matagalpa… tengo una niña de 11 años, pero no estoy con la mamá de mi hija”.
Las barricadas se han convertido en el nuevo hogar de los manifestantes
Las barricadas y los dos tranques que los universitarios y otros pobladores han establecido en la zona suroeste de Matagalpa, se han convertido en el nuevo hogar del “vandálico informado”.
“Aquí hallé amigos por montón, es como una familia este montón de compañeros: chavalada, señores, gente mayor que viene a aconsejar, hay gente cristiana que viene a orar por todos los que estamos en las barricadas, nos traen ayudas y así pasamos”, dice.
Le ha tocado dormir en aceras y aguantar lluvias. Con los demás manifestantes se turnan para descansar y vigilar durante las noches. Durante el día, hacen limpieza y van a los barrios a los que no llega el tren de aseo para recoger la basura de los vecinos. Por ratos, se distraen jugando futbol, pero a él también le gusta estar al tanto de las noticias.
“Dios quiera que tengamos una patria libre, que si un día vuelven (a realizar) otras elecciones, le digo a la gente que hay que agarrar a un buen presidente, que no solo piense en guerra y en andar matando a la gente”. Esperamos que este gobierno se vaya… Si no se va, ese es otro detalle, porque te pueden mandar a matar por andar en esta causa, pero primeramente Dios que (el gobierno) se retire del poder”, reflexionó.
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