En su homilía de este domingo, el obispo de la diócesis de Matagalpa, Rolando José Álvarez Lagos, consideró que el diálogo nacional es lo único que puede evitar una “catástrofe mayor”, en medio de la crisis sociopolítica que se vive en Nicaragua desde hace un poco más de dos meses.
“¿Por qué ante esta situación extrema y radicalmente dramática seguir adelante con el diálogo nacional?”, interrogó monseñor Álvarez, durante la misa que presidió este domingo en la catedral San Pedro Apóstol, en Matagalpa.
Inmediatamente respondió: “(Los obispos) estamos convencidos que si no fuera así (seguir con el diálogo) tendríamos que asistir no digo a una montaña de muertos, porque ya existe esa montaña de mortandad, sino a montañas de muertos. No digo a derramamiento de sangre, porque ya existe tal derramamiento, sino a ríos de sangre”.
El obispo considera que a pesar de todas las sombras que están al rededor del diálogo nacional, es la última instancia y “posibilidad para evitar una catástrofe todavía mayor y más impredecible e inimaginable, por eso estamos ahí”, agregó el jerarca católico, miembro de la Comisión Mediadora y Testigo del diálogo.
“No más muertos”
Asimismo, monseñor Álvarez apuntó que la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) insistirá en el diálogo para evitar más muerte, sangre y dolor al pueblo nicaragüense.
“Por eso, aunque pareciera que en algunos oídos y corazones nuestras palabras caen en el vacío; (los obispos) vamos a seguir diciendo no más muertos, en nombre de Dios no más muertos”, dijo monseñor Álvarez, agregando que los nicaragüenses están volviendo a vivir una “noche oscura”.
Sobre las parábolas del evangelio del día, la semilla que cae en buena tierra y produce fruto en abundancia y la semilla de mostaza que siendo tan pequeña se convierte en un gran arbusto, el obispo reflexionó que ambas “describen lo que hasta hoy ha venido logrando este dialogo nacional”.
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