Estela Mendoza salió temprano de la comunidad San Francisco para asistir por cuarto año seguido a la Peregrinación hacia la Montaña de la Paz, en Matagalpa, motivada por la fe y “agradecer porque el Señor me ha sanado de muchas enfermedades espirituales y corporales, pero también pedir por la paz en Nicaragua”.
Como ella, cientos de feligreses se adelantaron en la caminata de cuatro kilómetros en la que muchos rezan el viacrucis y otros el Santo Rosario, coincidiendo en la intención de pedir a Dios por la paz en la familia y en el país.
Al evento, institucionalizado hace cuatro años, faltó por primera vez el obispo de la Diócesis, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, a quien ““le fue imposible estar con nosotros este día” por estar en preparación del diálogo nacional, justificó el vicario general de la Diócesis, monseñor Isidoro Mora, quien presidió la misa previa a la peregrinación.
“Me ha pedido (el obispo) que aprovecháramos (la peregrinación) para orar por la paz y por él como nuestro pastor y guía… que oremos por toda la Conferencia Episcopal de Nicaragua y que el Señor los asista en todo momento”, dijo monseñor Mora.
En la homilía, el vicario Mora disertó sobre el evangelio del día, particularmente sobre la frase que Jesús dijo a sus apóstoles: “Ámense los unos a los otros como yo os he amado”, de la que señaló “no es una simple invitación”, porque “lo que nos hace ser realmente personas es el amor”.
“No podemos hablar de amor cuando realmente no lo sentimos (…) Una persona sin amor verdadero no puede orar por la paz… una persona con las manos ensangrentadas no puede orar por la paz, imposible que pueda una persona, después de haber matado a su hermano, que diga que tiene intenciones de orar por la paz”, dijo monseñor Mora.
Agregó que “una persona rencorosa no puede trabajar por la paz, no puede orar por la paz, una persona movida por intereses meramente personales no puede orar por la paz, démonos cuenta que la paz solo está en el corazón de los hombres de Dios. En los que no tienen a Cristo en el corazón, la paz es una simple palabra, porque en el fondo ellos no sienten ni les interesa vivir en paz, porque su mundo está contaminado”.
El mensaje de Mora llega en un contexto en el que el gobierno ha emprendido jornadas de oración en las entidades públicas, después que diferentes sectores lo han responsabilizado de la represión que provocó muertes en las protestas emprendidas desde abril recién pasado en el país.
Después de la misa, miles de feligreses se encaminaron al cerro Apante, al sureste de la ciudad, donde se encuentra el monumento religioso más alto del país: una cruz de 33 metros de alto en cuya base hay imagen de la Virgen de Guadalupe.
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