José Adán Cárdenas Dávila fue tajante con su abogado: “¡Vamos a juicio!”, le dijo, negándose a admitir los cargos que la Fiscalía formuló contra él y Juan Pablo Soza Úbeda como presuntos coautores de asesinato agravado en perjuicio de dos personas y asesinato agravado en grado de frustración contra tres más en la comunidad San Nicolás, al suroeste de la ciudad de Matagalpa.
Ambos enfrentaron la audiencia preliminar del proceso este martes 3 de abril y la titular del Juzgado Único de Distrito Penal de Audiencias en Matagalpa, Maribel Parrilla, admitió la acusación y les impuso la medida cautelar de prisión preventiva.
A petición del fiscal auxiliar Dimas Cerna, la juez giró orden de captura en contra de Pracedes Vladimir Valverde Martínez, acusado como presunto autor intelectual del crimen que, por el supuesto ofrecimiento de 60,000 córdobas en pago, Cárdenas y Soza habrían cometido la noche del 4 de marzo recién pasado, cuando mataron a balazos, machetazos y cuchilladas a la productora Reyna Gioconda Molina Zamora.
También hirieron de gravedad a los hijos de ella: María Marcela y Marco Aurelio Marenco Molina, a la esposa de este, Zuleika Vanessa Otero Marín, y al mandador de la propiedad, Douglas Antonio Altamirano González.
Este último murió el 21 de marzo, después que estuvo sus últimos 11 días internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Escuela César Amador Molina.
Cárdenas y Soza fueron detenidos durante la Semana Santa recién pasada y ambos habrían admitido ante la Policía que por presunto encargo de Valverde tenían la misión de matar a Molina Zamora y exterminar “a la familia que estuviera en la casa para no tener testigos”, refiere la acusación.
Alega supuesta tortura
Sin embargo, “en el caso mío no hay prueba, no hay evidencia”, aseguró Cárdenas a LA PRENSA, antes que comenzara la audiencia preliminar, agregando que “lo que dije (ante la Policía) fue porque me torturaron fuerte, pero yo desconozco el caso… (Lo dije) porque no aguantaba las torturas, mis testículos los andaba que ya no (aguantaba) y para que me dejaran en paz yo dije eso, yo fui, les dije, pero yo directamente no sé”.
Soza, en tanto, fue quien más detalles habría dado a la Policía, pero este martes apuntó: “Quizá dije muchas cosas por amenazas que me hicieron a mí y a mis hijas, pero no sé quién fue, sería Pracedes, no lo sé, porque no lo conocía suficientemente a él, pero me cayeron unas amenazas que tenía que decir tal cosa, si no mis hijas la iban a pagar… uno en un aprieto por los hijos cualquier cosa puede decir”.
Acusación de la Fiscalía
Según la Fiscalía, los tres acusados se conocieron en las celdas del pasillo 5 de la unidad departamental de la Policía, donde estuvieron presos, Valverde por violencia física y psicológica contra su expareja Reyna Karla Marenco Molina —hija de Molina Zamora—, mientras que Cárdenas y Soza por abigeato.
Una vez que los tres estaban libres, Valverde “los recluta (a Cárdenas y Soza) y los lleva a trabajar” los días 12 y 27 de febrero de 2018, respectivamente, a una propiedad que tiene en Sébaco, donde posteriormente “les explica el plan que van a ejecutar…”, consistente en matar a Molina Zamora y quienes estuvieran en la casa “para no tener testigos”, por lo cual les pagaría 60,000 córdobas.
El 4 de marzo, Cárdenas y Soza llegaron a San Nicolás simulando ser policías que investigaban un caso de abigeato. El primero vestía como policía y andaba pistola, mientras que el segundo andaba un machete, armas con las que atacaron a las cinco personas que estaban en la casa de Molina Zamora.
Balazos, machetazos y cuchilladas
Según la acusación de la Fiscalía, afuera de la casa en la finca Santa Gertrudis, Adán Cárdenas disparó primero contra el mandador Douglas Altamirano en abdomen y brazo. Luego se fue al cuarto de Reyna Molina, asestándole tres disparos.
En tanto, “simultáneamente”, Juan Soza atacó con el machete a Marcela Marenco, quien gritaba pidiendo ayuda y trataba de refugiarse en el baño, pero Cárdenas se acercó y le asestó dos tiros en los brazos. Al terminar las municiones, la golpeó con la pistola en la cabeza, le quitó el machete a su compinche y asestó un par de filazos a la mujer, quien simuló estar muerta.
Marco Marenco, quien estaba en una pieza anexa a la casa, quiso auxiliar a su madre y hermana, pero Cárdenas lo macheteó y después atacó a Zuleika Otero.
“Para cerciorarse que estaban muertos”, dice la acusación, Soza asestó varios machetazos en el cuello y tórax a Molina Zamora. Luego, alternándose, “hicieron cortes” en los cuellos a cada víctima. Soza habría dicho a la Policía que los cortes los hizo Cárdenas con “un cuchillo cabo blanco”.
Cárdenas habría llamado a Pracedes Valverde para indicarle que “ya todo estaba cumplido, que el ganado ya estaba encerrado”.
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