
Por delitos relacionados con violencia contra una niña —forzada a la maternidad y a “regalar” a la bebé que tuvo— un hombre y una mujer, procesados en la ciudad de Matagalpa, fueron condenados a 18 y 14 años de prisión respectivamente.
La sentencia contra la pareja, hermana y cuñado de la niña, fue notificada por el juez especializado en violencia de género en Matagalpa, William Montalván Avendaño, quien además les impuso inhabilitaciones especiales como la prohibición de ejercer el derecho al voto mientras duren las condenas.
El caso confirma la vulnerabilidad de la niñez en Nicaragua, que destaca en Latinoamérica por la alta cantidad de niñas obligadas a ser madres.
El hombre, hoy de 42 años, fue sentenciado por violación agravada en concurso real con violencia sicológica grave; en tanto, la mujer de edad imprecisa, quien es hermana de la niña, fue condenada por trata de personas, en concurso real con violencia sicológica grave y también por el delito de encubrimiento, este último en perjuicio de la administración de justicia.
Madre falleció
A partir del 29 de septiembre de 2014, la niña que entonces tenía 10 años fue llevada a vivir con su hermana en una comunidad rural de El Tuma-La Dalia. Así lo pidió agonizante la madre de ambas, que falleció ese mismo día, según relató la Fiscalía durante el proceso.
La niña compartía cuarto con su sobrina —hija de la hermana y el cuñado—, un año menor que ella. El drama comenzó a la medianoche del 10 de julio de 2016, cuando el hombre aprovechó que todos en la casa dormían y violó a su cuñada que entonces cumpliría 12 años.
Temprano, al siguiente día, el hombre amenazó con degollar a la niña si esta contaba algo de lo ocurrido. Ella, sin dudarlo, relató los detalles a su hermana, pero esta no le creyó advirtiéndole que “no estuviera hablando mal de su marido porque este tenía su mujer que era ella”, refiere la acusación.
Llevada a Muy Muy
La historia se repitió las noches del 12, 15, 16 y 17 de julio de 2016. Por esas violaciones, la niña quedó embarazada de su cuñado. Según la Fiscalía, “para ocultar” el embarazo, la mujer decidió llevar a la niña a una comunidad de Muy Muy, dejándola a vivir en casa de una hermana del agresor.
Ahí pasó la niña su embarazo, recibiendo frecuentes llamadas telefónicas de su hermana quien le indicaba que al nacer el bebé debía regalarlo.
El 4 de abril de 2017, la niña presentó signos de parto. Por gestiones de una vecina, fue llevada al centro de salud San Benito de Palermo en Muy Muy, de ahí la remitieron al hospital de Matagalpa, donde parió a una niña.
Posteriormente, cuando le dieron de alta en el hospital, la niña volvió a la casa de la hermana del agresor en Muy Muy. Pero ahí, la vecina L.C.C.G., supo que “no le daban de comer” a la niña ni a su bebé, según declaró en el juicio, por lo que ofreció cuidar a ambas en su casa.
“Regaló” a bebé
El 30 de mayo de 2016, la hermana llegó a Muy Muy e hizo que la niña firmara un papel “haciendo constar que regalaba” a la bebé a L.C.C.G., quien en juicio admitió que redactó el documento porque “sentía que me podía servir y lo que me interesaba era brindarle el apoyo porque eran dos niñas inocentes…”.
L.C.C.G. se quedó con la bebé. En tanto, la niña madre se fue con su hermana a la casa donde la habían violado y embarazado. Poco después fue “corrida” de ahí y tuvo que irse a vivir con otra hermana en El Tuma-La Dalia.
El 22 de diciembre, la niña andaba cortando café con su otra hermana y le contó todo su calvario. Esta lo denunció el mismo día ante las autoridades policiales.
Durante el juicio, la vecina dijo que tuvo a la bebé aproximadamente seis meses, pero llegó la Policía a quitársela.
Según trascendió después, la niña madre y su bebé están bajo la tutela de la hermana que denunció el caso.
Trata de personas
Al notificar la sentencia, el juez William Montalván señaló que existen disposiciones en el código de la Familia referidas a la adopción de niños y “no es acorde con nuestros tiempos, por eso es que está encasillado dentro del delito de trata de personas andar regalando niños porque es penado… si se permitiera, entonces nos estaríamos exponiendo a que todo mundo, después de tantas cosas que pasan, anden regalando niños y no sabemos con qué fines”.
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