En estado de descomposición fue encontrado el cadáver del expolicía Leonel López Aráuz, de 45 años, quien se colgó de en un árbol en el cauce de una quebrada al este de la ciudad de Matagalpa, en la Reserva Natural Cerro Apante.
López Aráuz estaba circulado como el principal sospechoso de femicidio contra su pareja Maelin Zeneida Castro, de 24, a quien mató en la madrugada del 11 de marzo en el barrio Sol de Libertad, en el valle Waswalí, al suroeste de la ciudad de Matagalpa.
El hallazgo fue reportado la tarde de este miércoles por Mario Obregón García, empleado de la finca donde el cuerpo de López estaba siendo devorado por aves de rapiña.
Obregón contó que andaba haciendo las rondas habituales de su empleo cuando detectó zopilotes en la quebrada, por lo que se acercó encontrando el cadáver “guindado de un palo”.
Ante el aviso de Obregón, la Policía llegó con un forense. Entre algunas cosas, los investigadores policiales hallaron un carné y una tarjeta de débito, documentos con los que habrían confirmado la identidad de López, dejando el cuerpo en el cauce de la quebrada.
“Para nosotros es un peligro, porque hay agua en la quebrada y no se puede quedar allí ese cuerpo porque va a contaminar el agua que va para abajo, porque ahí llegan personas a bañar”, dijo Obregón.
En un escueto comunicado, la Policía Nacional confirmó que López “se suicidó por asfixia mecánica” y que estaba circulado por el femicidio contra Castro.
Según ese documento, López mató a Castro asestándole “múltiples heridas ocasionadas con arma blanca en el cuello y la cabeza”. Sin embargo, la Policía en Matagalpa nunca informó oficialmente sobre el caso y una fuente vinculada con las investigaciones aseguró que, según el dictamen médico legal, la causa de muerte de Castro fue “un trauma en la cabeza”, descartando las cuchilladas y asegurando que la muchacha tenía “dos heridas pero por el mismo trauma y fractura en el parietal izquierdo”.
Según los relatos de sus familiares, Maelin había terminado la relación con el expolicía, pero este volvió y tenía una semana conviviendo nuevamente con la muchacha y la hija de siete años que tenían en común.
La noche del sábado 10 de marzo, hubo un culto afuera de la pequeña casa hecha con ripios donde vivía la pareja. Más noche, cuando estaban acostados, el hombre presuntamente preguntó por un anillo a Maelin, según contó la niña de ambos a su abuela materna Esmeralda Castro Lira.
La mató dormida
Las investigaciones sobre el femicidio llevan a presumir a que el hombre esperó a que Maelin durmiera para matarla en la misma cama que compartían con la niña, quien despertó a la mañana siguiente encontrando a su mamá “desmayada y en sangre”.
Desde entonces el sospechoso desapareció y empezó a ser buscado bajo la presunción de haber asesinado a Maelin.
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