Hoy, hace 71 años, fue inaugurado el ya desaparecido Teatro Perla en la ciudad de Matagalpa, cuya construcción costó más de medio millón de córdobas en aquella época.
De acuerdo con escritos del historiador matagalpino Eddy Kühl Aráuz, cuando en Matagalpa comenzó la construcción del Teatro Perla, en 1946, “en Managua aún no existían salas de cine o teatros construidos para tal fin”.
A continuación, un relato compartido por Kühl Aráuz hace algunos años:
El Cine González y el Cine Margot, se habían incendiado pues estaban construidos en viejos caserones a «cielo abierto».
El Perla fue el primer teatro construido como sala de cine moderno en Nicaragua, lo cual nos hacía «sacar pecho» a los Matagalpas, frente a los Managuas, Granadinos y Leoneses.
El González, el Margot y el Salazar en Managua, fueron construidos varios años después, esto me lo informa mi amigo Róger Monge Zelaya (*Matagalpa 1933).
Por su lado el ingeniero Raúl Amador Kühl (*Matagalpa 1929) me dice que el nombre se escogió entre varios que se barajaron en una especie de certamen que se organizó para ese propósito.
Lo de “Perla”, posiblemente tenga que ver porque la ciudad que ha sido llamada desde antes del año 1900 “Perla del Septentrión”, apelativo que se atribuye al abogado y poeta Samuel Meza Briones (*Esteli 1867- Matagalpa 1932) , quien se casó con Joaquina Sierra Aráuz de Matagalpa, y vivía desde esos años en esta ciudad.
El edificio del Teatro Perla lo diseñó en 1946 el arquitecto Julio Cardenal Argüello, de la firma “Cardenal Lacayo Fiallos”, y lo construyó Asisclo Medina, casado con Paula Kraudy de Matagalpa.
Asisclo era originario de León, trabajaba en Managua, pero se mudó a Matagalpa después del terremoto de 1931
En ese tiempo todavía estaba en moda el estilo “Art Deco”, y ese era el estilo arquitectónico del Teatro Perla, es decir formas redondeadas, colores pasteles, ventanillas con grabados y caprichosos adornos y ribetes de concreto.
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La estructura era de pilares de madera y su techo de cerchas de madera, esa estructura quedaba oculta con la reglilla y repello de mezcla de cemento y arenas en las paredes, y las cerchas ocultas por el cielo raso de malla de albañil con repello.
Esta madera era recubierta con una pintura de aceite negro para protegerla de decaimiento. Ese sistema no es muy duradero, pues eso de las cerchas de madera fue porque en Nicaragua no había mucho uso del acero estructural en esa época.
Se inauguró en 1947, unos piensan que el nombre fue por la entonces quinceañera Perla Amador Pineda.
Para acomodar al público tenían lo que llamaban: Luneta, Palco Bajo y Palco Alto.
Recuerdo que en los años 1952-4 allí exhibieron películas clásicas como: “Quo Vadis” y “Ali Baba y los cuarenta ladrones”.
Como tenía entablado elevado con su sótano, cortinaje camerinos y luces de candilejas lo usaban también para obras teatro, “veladas”, conciertos de música y espectáculos de danza. Allí bailó flamenco-español la bailarina matagalpina Selina Amador Lanzas, recién llegada de estudiar danza en España
Comentario de Róger Monge
“El primer Gerente del Teatro Perla fue Lalo Jaen, a quien según su sobrino Arístides Orúe, no era fácil sacarle un ticket de regalo. Yo asistí al concierto que ofreció el chelista francés Nicolás Arene, quien fue presentado por el Maestro Ernesto Rizo Castellón, cuando comenzaba a ejecutar el “chello” este se le resbalaba pues el piso de madera era muy liso y no podía continuar, por lo que Ernesto se subió al escenario y sacándose de la boca una cera de chicle que mascaba, la pegó en suelo evitando así los resbalones del instrumento.
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