Con evidente ensañamiento, dos hombres fueron asesinados en circunstancias y comunidades distintas del municipio El Cuá, departamento de Jinotega, donde una de las víctimas fue acribillada a balazos y la otra mutilada a machetazos.
En uno de los casos, el cuerpo de Apolinar Mercado Hernández, de 40 años, fue encontrado con múltiples heridas de machete, la tarde de este lunes 20 de noviembre en la comunidad Santa María de Tazuá, comarca El Bote, 25 kilómetros al noroeste del poblado El Cuá.
Nelson González, capataz de una finca, fue quien encontró el cadáver y avisó a las autoridades policiales que llegaron a investigar los detalles del crimen.
González relató a los investigadores policiales que la noche del domingo escuchó que había personas tomando licor, pero dejó de prestarle atención al bullicio. Sin embargo, la tarde siguiente encontró la dantesca escena.
El cuerpo presentaba al menos 15 machetazos en distintas partes, principalmente en la cabeza y rostro.
Mercado tenía siete hijos y hasta ahora se desconoce los motivos por los cuales fue asesinado.
Los investigadores policiales continuaban en el sitio para determinar la identidad del o los asesinos, aunque trascendió que un hombre identificado preliminarmente como Alexander Siles, de 35 años, estaba siendo buscado como el principal sospechoso del crimen.
Acribillado
Mientras tanto, el otro crimen ocurrió en el trayecto entre las comunidades Santa Teresa y Bocaycito, en el mismo municipio El Cuá, donde Marlon Enrique López García, de 26 años, fue acribillado a balazos presuntamente por un hombre con quien días antes tuvo problemas.
Informes preliminares señalan que, en la madrugada del domingo 19 de noviembre, López se dirigía hacia su casa en el segundo sector de la comunidad Santa Teresa, pero a un kilómetro de la escuela habría sido interceptado por el asesino que le asestó múltiples disparos con un arma de tipo y calibre todavía no precisados por las autoridades.
López era originario del vecino municipio matagalpino El Tuma-La Dalia, pero residí en Santa Teresa con su pareja Liseth Castillo.
Un dictamen médico legal refirió que de los múltiples balazos, al menos cinco impactaron en la cabeza de López.
Investigadores policiales permanecían en el lugar y entre sus averiguaciones habrían determinado que un mes antes, el 21 de octubre, presuntamente López y un primo suyo, identificado como Michael García, tuvieron problemas con otro hombre llamado Miguel Ángel Castro.
En esa ocasión, los primos supuestamente llegaron con machete a la casa de Castro, quien se habría “defendido” asestando un balazo en la pierna izquierda a García, advirtiendo a López que “le pasaría la cuenta”, según trascendió de manera extraoficial.
Con ese antecedente, la Policía detuvo a Castro como sospechoso del crimen contra López, aunque las averiguaciones continuaban este lunes.
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