
Ya están viajando los Indígenas de Matagalpa hacia la ciudad de Rivas, donde esta noche, a partir de las 6:00 p.m., tendrán la misión de resurgir ante los locales del Frente Sur, en el cuarto juego de las semifinales del Pomares 2017.
Los sureños están al frente 2-1 en la serie, pero la presión está de su lado. Deben ganar a toda costa en su casa y evitar que la serie se extienda a un quinto y decisivo juego en Matagalpa, lo que podría resultarles mortal en las aspiraciones rivenses de llegar por primera vez a una Final en la nueva etapa de los Pomares iniciada en 2009.
En cambio, los Indígenas saben que resurgir esta noche implica la posibilidad de completar la misión el domingo en su “calpuli” y avanzar a una tercera Final en los últimos cinco años. Son la franquicia más exitosa de este siglo.
Han demostrado los Indígenas, más este año, que son guerreros de la valiente casta de los auténticos Flecheros de aquellas cañadas de Yúcul, Matapalo, San Pablo, El Chile y Jucuapa, cuya participación fue trascendental en la histórica Batalla de San Jacinto y por la cual fueron declarados Héroes Nacionales. De la casta que siempre se rebeló ante cualquier intento de dominación extraña a su cacicazgo, como en 1881, por citar ejemplos.
Este año, la Tribu septentrional ha sido heroica, superando las lesiones de sus flecheros que le impidieron contar con su alineación titular al menos en una serie completa en la temporada; han lidiado con la repentina salida por enfermedad de su “cacique” Sergio Mena y avanzaron a las semifinales, aun contra pronósticos de muchos, incluyendo a un par de sus propios directivos. De hecho, la dirigencia política a la que obedece la Directiva, debe revisar a esa estructura.
Ha sido heroica la valentía con la que han defendido los colores de su tribu algunos jugadores locales. Ariel Rayo (en 2016) y Martín Espinoza quedaron fuera del equipo por lesiones graves, dejando “el pellejo” en el terreno de juego. Jean Franco Flores y Emilio Villegas, en contra de prescripciones médicas de reposo, siguen jugando por la causa Indígena.

Prácticamente ningún Indígena ha escapado de las lesiones o enfermedades este año. Ni siquiera el refuerzo Antenor López que, coincidentemente, ha sufrido lesiones que le impiden jugar contra el equipo de su departamento natal, Rivas.
Esta noche, los Indígenas tienen la oportunidad de resurgir. Pueden hacerlo. Tienen el talento y la disposición. En la primera ronda de este año ganaron la serie 3-1 y estuvieron a punto de aplicar la escoba. En esta campaña ganaron dos veces en el Yamil Ríos, incluyendo una blanqueada en la segunda vuelta.
Matagalpa ha conseguido mucho, pero puede hacer más. Debe prevalecer su característico espíritu guerrero, vencedor.
Pretender subir caminando el Apante, puede suponer un problema, porque a veces la imponente montaña puede hacernos sentir pequeños. Sin embargo, cuando prevalece el espíritu vencedor, y se contempla el paisaje desde la cima de esa montaña (que suponía un obstáculo), surge el placer del triunfo.
Los Indígenas han llegado hasta esta fase porque entrenaron no solo físicamente, sino que han entrenado su mente para vencer cualquier obstáculo y triunfar. Precisamente, la solución y el éxito están en la mente. Hoy Matagalpa debe resurgir.
Facebook Comments