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Durante una ceremonia presidida por el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, en la catedral San Pedro Apóstol, la hermana Catalina Mairena Sánchez festejó este domingo 21 de mayo sus Bodas de Oro de vida consagrada: 50 años perteneciendo a la congregación de Hermanas Misioneras de la Caridad y La Providencia.
“Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo”, es una de las frases que la hermana Catalina guardó en su corazón este día de gratitud a Dios.
La religiosa, de 77 años, es originaria de Matagalpa. De padres católicos, hermana Catalina afirma que “la formación y práctica en la fe que me dieron mis padres, fue lo que me ayudó para decirle ‘Sí’ al Señor”.
“En 1963 tuve la dicha de conocer a las hermanas Misioneras de la Caridad y La Providencia, recién venidas de España, y después de algunos contactos con ellas, entré al convento para hacerme religiosa. Después de mi formación, hice aquí mis primeros votos, y como toda misionera me puse mis sandalias y (tomé) mi mochila para realizar diferentes apostolados en otros lugares. En este hermoso caminar, agradezco a Dios, a la Virgen Santísima y a las personas que me apoyaron para llevar a cabo la obra del Señor. En este ir y venir, llegué al ocaso de mi vida y con él, el día feliz y tan especial de llegar, por la bondad de mi Dios, a este día tan maravilloso de Acción de Gracias”, escribió la hermana Catalina en un mensaje facilitado a Mosaico CSI.
A la celebración de las Bodas de Oro de Vida consagrada de la hermana Catalina, asistieron religiosas de diferentes congregaciones, además de estudiantes del Colegio Santa Teresita, en Matagalpa, donde la religiosa presta servicio junto a sus hermanas Misioneras de la Caridad y La Providencia.
Durante su homilía, el obispo Álvarez aseguró que la hermana Catalina es “un signo profético al venir al altar del Señor, al acudir como Iglesia a la que ha consagrado su vida proclamando, desde el silencio del servicio, que es posible amar. Ante un mundo que parece plástico, desechable, donde hay miedo de asumir opciones radicales, usted testifica que es posible tomar decisiones radicales en la vida donde no se puede poner la mano en el arado y volver la vista atrás, opciones que no miden las consecuencias, ni hacen cálculos, porque los cálculos en cualquier instante son destruidos».
«No dudo que hermana Catalina, que en estos 50 años ha dado la vida por la salvación de muchos de nosotros, tantas generaciones que han pasado, gente que a través de su entrega habrá encontrado salvación. No olvide que los efectos de esos actos no los podrá conocer, no los podrá ver, pero esas consecuencias del acto de amor que ha tenido los verá en el cielo», aseguró monseñor Álvarez, agregando que en este tiempo «sabemos que no estamos solos, que Dios nos acompaña y gracias a mujeres como usted la Iglesia se hace profeta».
Con información de Diócesis de Matagalpa
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