Alfonso Malespín (*)
Una reciente discusión en las redes sociales la desató la cobertura de un canal de TV sensacionalista, sobre la colisión de un carrito contra un poste de luz en Managua. Pero el acontecimiento acaba siendo otro.
La cobertura se daba en un contexto en el que las autoridades se muestran alarmadas por la manera cómo aumentan la cantidad y frecuencia de accidentes en calles y carreteras, los daños materiales, personas lesionadas y muertes. Hasta este marzo se cuentan más de 6 mil accidentes y al menos 2 muertes por cada día.
La atención del medio se ceba en una joven que no quería ser enfocada ni entrevistada. Pero su reclamo es visto como un desafío, y el medio la sigue y cuestiona sin parar. En cierto momento ella, que aparenta grabar con su teléfono a quienes la graban sin que ella haya consentido, les grita que son “patéticos”. O sea, “personajes que producen vergüenza ajena”.
¿Tiene razón ella en reclamar? Sí. La Constitución Política de Nicaragua garantiza que cada persona en Nicaragua tiene el derecho a la privacidad, a su integridad, a su imagen. Es decir, ningún medio de comunicación puede grabarte ni obligarte a responder preguntas. Tampoco a acosarte por no querer hacerlo. ¡Y menos a exponerte públicamente al morbo de cierta gente! Pero es lo que ha hecho ese canal de TV. No soportó la atrevida interpelación de la joven y la persiguió con preguntas dizque moralizadoras sobre juventud + conducción + alcohol. Ella tampoco soportó a sus acosadores y les gritó que ella también es “periodista” (sé qué estás haciendo y por qué lo hacés) y que son una m… La respuesta de este y otro medio ha sido darse por ofendidos y exponerla en sus web y en las redes sociales con la etiqueta de #LadyPeriodista. Como ven, la noticia no era el accidente.
¿Cuál era la noticia, Jairo Castillo? Por lo pronto, hay que decir que esto es patético.
(*) El autor es periodista y autor del blog Del otro lado del río
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