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Desde temprano, este viernes 10 de marzo, la tranquilidad de la comunidad Santa Carmela, en el municipio de Jinotega, fue interrumpida cuando un grupo de policías y algunos civiles comenzaron a excavar adentro de la casa donde residía Juana Paula Jarquín Picado, quien lleva meses en prisión como presunta coautora intelectual de los crímenes contra dos comerciantes de la zona.
La actuación policial se regó entre los vecinos de esa y otras comunidades aledañas que de inmediato se aglomeraron frente a la casa hecha con ripios de madera, plástico y zinc. Querían saber si los policías hallaban el cadáver de la pareja de Jarquín, Pablo Hipólito Montenegro Chavarría, quien lleva seis años “desaparecido”.
En poco más de seis horas, los civiles que acompañaban a la Policía escarbaron, a puertas cerradas, en la sala y en un cuarto de la casa. Familiares de Jarquín solo pudieron entrar cuando aquellos habían tapado los huecos y se fueron. Dejaron todo desordenado, dañaron un ropero y se llevaron algunas pertenencias, incluyendo retratos de Montenegro y Jarquín, quienes convivieron juntos durante aproximadamente cinco años.
La única explicación que unas mujeres policías dieron a Mara Jarquín, “es que aquí no habían encontrado nada, pero que esta investigación se iba a seguir”, relató la muchacha junto a su hermana gemela Marling.
Montenegro “desapareció” desde marzo de 2011, recuerda su hermano Freddy Antonio, de iguales apellidos, quien estaba en el sitio, indicando que “es difícil (que Hipólito esté vivo) porque hemos tratado que él se comunique y la opción más clara era esta (que supuestamente estaba enterrado en la casa de Jarquín) porque las investigaciones de la Policía han llegado hasta ahí”.
Sin haber encontrado restos de su hermano en el lugar, Freddy estima posible que lo hayan sepultado en otro sitio, porque cree que el caso está vinculado con las muertes de los comerciantes Kayro José Gutiérrez Tórrez y Ada Julia Morán Guardado, ocurridas el 24 de mayo de 2014 y por las cuales Jarquín fue condenada recientemente como presunta autora intelectual.
¿Comerciante huyó de deudas?
Hipólito, a quien llamaban “Polo”, tenía 34 años cuando su familia dejó de tener noticias suyas. Era intermediario entre productores de la zona y comerciantes de otros departamentos del país. “Estaba levantando cabeza, era un comerciante que estaba en crecimiento”, asegura Freddy, negando que su hermano tuviera deudas y “más bien iba obteniendo sus cositas, ya tenía su moto y una camionetita”.
Sin embargo, Adelayda del Carmen Blandón Picado y las gemelas Marling y Mara Jarquín, madre e hijas de Juana Paula, respectivamente, aseguran que el hombre se fue huyendo de múltiples deudas.
“Mi mamá quedó en la calle por él, porque vendió su terreno, vendió su casa y toditas sus cosas solo por pagar un montón de jaranas que él tenía (…) nos quedamos en la calle y después andábamos rodando hasta que mi abuelita nos dio este pedazo de tierra”, comentó Marling, en la casa donde la Policía buscaba el supuesto cadáver.

Varios condenados
Juana Paula Jarquín Picado, de 49 años, e Isabel Deglis Flores Salguera, de 62, fueron condenados por sentencia del 23 de febrero recién pasado, como presuntos autores intelectuales de las muertes de los comerciantes Kayro José Gutiérrez Tórrez y Ada Julia Morán Guardado, quienes el 24 de mayo de 2014 fueron macheteados y sepultados en una finca situada entre las comunidades La Granja y Siare, entre los municipios de Matagalpa y San Ramón.
Los hermanos Wilmer Villegas Hernández y José Luis Cornejo Villegas fueron procesados y condenados en tribunales diferentes, porque la Fiscalía acusó por separado los delitos de femicidio contra Morán y asesinato contra Gutiérrez.
Cornejo Villegas se declaró culpable en ambos procesos. Por femicidio, la juez Sancho lo condenó a 33 años y tres meses de prisión. En tanto, por asesinato, la titular del Juzgado Único de Distrito Penal de Audiencias, Josefina Vásquez, lo sentenció a 25 años de prisión. Además, cuando fue detenido el 31 de mayo de 2014, Cornejo portaba una pistola ilegal y fue sentenciado a 9 meses de prisión y 35 días de multa por un juez Local Penal.
Mientras que Villegas Hernández fue declarado culpable por un Jurado en el proceso por asesinato y el Juez Segundo de Distrito Penal de Juicios, Bernardo Morales, lo condenó a 25 años de prisión. Mientras que en el proceso por femicidio se declaró culpable y Sancho lo sentenció a 33 años y tres meses de prisión.
Meses después, estando preso, Cornejo Villegas relató a la Policía que el asesinato de los comerciantes fue por presunto encargo de Flores y Jarquín, quienes pagarían 20,000 córdobas; mientras que Denis Antonio Salinas Ochoa y un desconocido habrían participado también como autores materiales del crimen.
Tras un juicio que concluyó el 20 de febrero, Jarquín, Flores y Salinas fueron declarados culpables por la juez Sancho.
En la sentencia del 23 de febrero, la judicial condenó a Flores a 33 años y tres meses de prisión por el femicidio de Morán y a 30 años por el asesinato de Gutiérrez, en ambos casos como autor intelectual.
Mientras que a Jarquín le impuso 30 años de prisión por la muerte de Morán y otros 30 por la de Gutiérrez, calificándolas como asesinato.
Sancho advierte que por disposición constitucional las penas no deben exceder los 30 años de prisión, sin embargo, ordena el cumplimiento “de manera continua” y las condenas contra Flores y Jarquín expiran el 19 de octubre del año 2076.
Mientras que a Salinas Ochoa lo condenó a 30 años de prisión como coautor material por el asesinato de Gutiérrez; aunque según el acta del juicio, concluido el 20 de febrero, lo había declarado culpable por el asesinato de Morán.
William Castellón, defensor de Salinas, dijo que esa es una de las causas por las cuales apeló pidiendo la nulidad del proceso. Maira Rizo, defensora de Jarquín, indicó que por diferentes agravios, también apeló en el caso.
Amores, negocios y crímenes
Flores y Morán eran pareja y, según la Fiscalía, él la celaba con otros comerciantes de verduras y principalmente con Gutiérrez. Mientras que Jarquín es hermana de un hombre que antes fue pareja de Morán y, dedicándose también al comercio de verduras, presuntamente estaba molesta porque su excuñada tenía mejores relaciones comerciales.
De manera que Flores y Jarquín presuntamente planificaron matar a Gutiérrez y Morán, contactaron a Cornejo Villegas para que cometiera el crimen y este lo habría ejecutado junto con Villegas Hernández, Salinas y el desconocido.
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