
“Vencer todo miedo” y continuar sin violencia con las luchas sociales que “nos corresponden a todos” desde cada lugar y ambiente laboral, para conseguir la paz en Nicaragua y “nunca prestarnos a la corrupción, al fraude, a la farsa”, fueron algunas de las exhortaciones del obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez, durante una misa en la noche del primero de enero.
En su homilía, aplaudida por los católicos que abarrotaron la catedral San Pedro Apóstol en las solemnidades del dogma de Santa María Madre de Dios y en ocasión de la Jornada Mundial de oración por la paz, monseñor Álvarez citó el mensaje que el mismo día brindó el papa Francisco en El Vaticano: “La no violencia es un estilo de política para hacer la paz”.
Según monseñor Álvarez, “la no violencia es el camino de la razón” y la misma “tiene un poder incalculable”, recordando que en el recién pasado 2016 hubo “acontecimientos verdaderamente valiosos para el pueblo de Nicaragua”.
“A veces se puede pensar que estábamos dormidos, pero, si uno reflexiona bien, va surgiendo y penetrando en el pueblo de Nicaragua una capacidad crítica en la que se debe de crecer y madurar”, aseguró el obispo, indicando que “por su necesidad y pobreza” el pueblo nicaragüense “puede aceptar regalos y regalías, pero no vende su conciencia al mejor postor ni por un plato de lentejas ni por 30 monedas de plata”.
El obispo refirió que en Nicaragua “hemos tenido grandes ejemplos de no violencia y de cómo la fuerza de la razón, la opción por la verdad, la justicia, la libertad y la paz y cómo el creer en el amor y su poder, han logrado transformar realidades sociales”.
CASO DE RANCHO GRANDE
Recordó la lucha que la Iglesia lideró oponiéndose a la minería en Rancho Grande, de la cual dijo que fue una batalla que muchos pensaban “era perdida” y que incluso hubo quienes sugirieron iniciativas que podían provocar derramamiento de sangre, pero que “la Iglesia nunca aconsejaría las armas”.
“El camino que Nicaragua debe recorrer es el de la no violencia para conseguir la paz, la no violencia que despierte nuestras conciencias, que nos haga hombres críticos y cada vez más razonables, capaces de oponernos a toda injusticia, a toda arbitrariedad, a toda corrupción, a toda falsedad, a toda farsa…”, agregó monseñor Álvarez, arrancando aplausos de la feligresía.
LA FARSA ELECTORAL
“El otro ejemplo de no violencia activa y de persistencia pacífica que se vivió en este país fue el 6 de noviembre pasado”, dijo el obispo, asegurando que por esa razón “me siento cada vez más orgulloso de este pueblo nicaragüense, que cuando le toca alzar su conciencia cívica, su conciencia democrática, su conciencia republicana, no duda en hacerlo y, sin recurrir a la violencia, ese día el pueblo de Nicaragua demostró que quiere la paz y el progreso”.
A criterio del líder religioso, la paz y el progreso no deben poner en duda la dignidad humana, porque “el pueblo no está dispuesto a vender sus principios ni mucho menos su conciencia”.
“… El pueblo de Nicaragua ese día (6 de noviembre) dio un mensaje y me atrevo a decir que lo dimos todos, tanto quienes por una u otra razón asistieron a las urnas como aquellos que no asistieron. Todos dimos un mensaje y fue un mensaje claro y el que tenga oídos que oiga y el que tenga ojos para ver que vea. Esta fue una actitud de no violencia y de resistencia pacífica”, aseguró Álvarez.
Un tercer ejemplo de no violencia y resistencia pacífica, citado por Álvarez, “es la lucha anticanal que libran muchos de nuestros hermanos, esencialmente en aquellas áreas donde los subproyectos serían nefastos para el medioambiente, para la madre tierra, para la naturaleza”, remarcó.
“NUNCA PRESTARNOS A LA FARSA”
El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, dijo en su homilía que los nicaragüenses deben ser diarios en nuestro trabajo, en nuestra labor, como dijo el Papa Francisco en su homilía de Año Nuevo: “diferenciar el que somos pecadores de la corrupción, nunca prestarnos a la corrupción, al fraude, a la farsa. Esa es también no violencia activa y es también una resistencia pacífica”.
El religioso dijo que todas estas luchas justas “podríamos pensar que la deben de hacer otros, que son otros los que deberían de conducirla, que son otros los que deberían de hablar y nos corresponde a todos, ahí, silenciosamente, en cada lugar y en cada ambiente de trabajo, en cada lugar”, hay que hacer la lucha, dijo.
HOMILÍA COMPLETA
Vea la homilía completa del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, durante la misa del primero de enero.
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