Escuchando las indicaciones de los entrenadores, Francisco Valdivia conserva el humor y se muestra alegre al realizar los diversos tipos de entrenamiento en el “calpuli” de los Indígenas de Matagalpa.
De hecho, entrenar fuerte ha sido la clave en el éxito que el veloz tirador ha tenido este año en el que hizo trizas el récord de juegos salvados que desde 2012 había impuesto Juan Serrano con los Indios del Bóer en 18. Sin embargo, Valdivia ya lleva 25 rescates y cada juego de los Flecheros norteños representa una oportunidad para seguir incrementando la marca.
Confianza
“He entrenado para salvar juegos, para ayudar al equipo, para recuperar la confianza de mis compañeros y de los couchs ya que el año pasado la perdí y bueno, poco a poco he salido adelante en los juegos y llevo esos 25 juegos salvados”, dice Valdivia, dueño de una poderosa bola rápida que ronda las 90 millas por hora.
Asdrudes Flores, el entrenador de bullpen de los Indígenas, coincide al apuntar que los entrenamientos han sido determinantes y recuerda que el año pasado Valdivia “tuvo una mala temporada debido a que no quería entrenar, venía aquí y no entrenaba… este año vino con una mentalidad diferente y ahora está entrenando y haciendo caso a lo que nosotros le decimos”.
El entrenador zurdo tuvo una larga carrera en el beisbol nacional concluida con los Indígenas y por varios años fue el lanzador más ganador hasta que a principios de esta temporada lo superó Julio César Ráudez con Granada.
Efectivamente, la temporada de 2016 ha sido distinta para Valdivia, quien ha visto acción en 32 de los 80 partidos que ha sostenido la Tribu norteña, ganando tres y perdiendo uno, lo que sumado a sus 25 rescates le dan un toque de distinción envidiable, pues ha tenido que ver en casi la mitad de los 53 triunfos que han edificado los Indígenas.
Firmado a los 16 años
Valdivia es dueño de un talento que fue ampliamente valorado al punto que en 2007, cuando apenas tenía 16 años y ganaba 20 córdobas al día limpiando cebollas en Sébaco, firmó con los Marineros de Seattle por la entonces cifra récord de 726,000 dólares, superando por 1,000 dólares el bono que los Bravos de Atlanta le habían dado a Gonzalo López.
El bono otorgado a Valdivia solo ha sido superado por los 1.3 millones de dólares que recibió el costeño Cheslor Cuthbert y los 950,000 que los Atléticos de Oakland le entregaron al chinandegano Jesús López.
Valdivia estuvo cinco años con la organización de los Marineros y seis meses con los Angelinos de los Ángeles, quienes lo liberaron en 2014. Lesiones en el codo afectaron su velocidad que en algún momento rondaba las 96 millas y también su ascenso en las organizaciones de Grandes Ligas.
Asdrudes, quien pocas veces concede entrevistas, esta vez hace una excepción. Recuerda que en la temporada de 2015 el público pedía que no metieran a Valdivia a lanzar porque “decían que perderíamos el juego”.
Sin embargo, en la temporada de 2016, “ahora más bien lo piden para que vaya a lanzar”, dice el entrenador.
Valdivia ha recuperado la confianza y se mantiene animando al equipo. De vez en cuando baila al ritmo que de la música que suenan en los estadios, hace piruetas y bromea con sus compañeros en un ambiente de camaradería.
“Ando más relajado pero cuando empieza el juego ya voy más concentrado”, sostiene Valdivia.
De los 25 rescates que ha conseguido Valdivia, el zurdo Flores cree que “este récord él lo va a llevar más allá y pienso que va a ser difícil que un relevista venga a romper ese récord al menos que él mismo lo haga”.
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