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Habiendo admitido ante una juez de Matagalpa que mató a navajazos a un soldado del Ejército y asegurando que “me fui a entregar solito al puesto de Policía”, Óscar Daniel Ramírez González, de 18 años, debe permanecer preso mientras le dictan sentencia por el crimen.
Ramírez, conocido como “Pipoca”, fue acusado del homicidio del soldado Mario Guillén Dávila, de 34 años y en solo la audiencia preliminar del proceso, decidió renunciar a su derecho a un juicio.
La titular del Juzgado Único de Distrito Penal de Audiencias de Matagalpa, María Josefina Vásquez, realizó el correspondiente control de legalidad a la admisión de hechos que hacía Ramírez y lo declaró culpable del homicidio.
Según la acusación presentada por la Fiscalía, el soldado Guillén estaba tomando licor la noche del domingo 10 de julio en el barrio Guanuca, al norte de la ciudad de Matagalpa.
Ramírez, un inhalante de pegamento, llegó ebrio y “empezó a discutir con la víctima por una media de licor”, refiere la acusación, indicando que ambos riñeron y algunos transeúntes los separaron.
PRIMERO
Sin embargo, “Pipoca” sacó una navaja y asestó heridas a Guillén en el abdomen. Un taxista llevó al militar al hospital, donde falleció a la 1:00 a.m. del lunes 11 de julio.
“Pipoca” dijo que “él tenía un arma, andaba de civil, como era del Ejército, entonces para que no me disparara le pegué las dos puñaladas”.
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