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Cuatro miembros de una misma familia fueron asesinados a balazos por un grupo de hombres enmascarados, en el sector de Atapalito, jurisdicción de la microrregión de Ayapal en el municipio de San José de Bocay, departamento de Jinotega.
Los asesinos, quienes presuntamente andaban encapuchados, irrumpieron en la casa de Jordin Aguilar, de 48 años, en Atapalito, colindante con Pueblo Amado y Wastarí, aproximadamente 12 kilómetros al sureste del caserío principal de Ayapal.
Aguilar y su hijo del mismo nombre, de 16 años, así como Doribel Cerros, de 22, y Pablo Zeledón, de 20, habrían sido las víctimas de la matanza perpetrada por los enmascarados.
“Allá está un equipo técnico investigando la situación”, refirió únicamente la comisionada Rosa María Herrera Chavarría, jefa de la Secretaría Ejecutiva de la Policía en Jinotega, indicando que brindarán información una vez que concluyan las indagaciones en el lugar.
Aguilar y su familia, presuntamente, eran originarios de Siuna y tenían cerca de tres meses de residir en Atapalito.
En Ayapal y sus comunidades, así como en otras zonas rurales de Jinotega, la inseguridad ha hecho que familias campesinas abandonen sus casas.
Además de enfrentamientos bélicos de militares y policías contra grupos armados (a los que se califican como delincuentes) en la zona también ha habido múltiples crímenes ejecutados por presuntos sicarios contra desmovilizados de la Resistencia Nicaragüense que combatieron al primer régimen del FSLN en los ochenta.
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