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Lamentando el asesinato contra Enrique Aguinaga Castrillo, “Comandante Invisible” y considerando que “nada positivo” está dejando la militarización de zonas rurales del país, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez, exhortó a que “cesen todo tipo de crímenes contra civiles”, especialmente en el norte del país.
“No está dejando ningún resultado positivo porque la gente se siente con terror… de tal manera que yo diría que es importante desmilitarizar el campo y que cesen todo tipo de crímenes a civiles”, demandó el obispo de Matagalpa.
“A nosotros nos preocupa que en la zona norte se estén dando crímenes y además con saña, salvajismo y brutalidad. Muchas poblaciones están en pánico y miedo, mucha gente se siente amenazada, de tal manera que hay terror de hablar y expresar cualquier tipo de planteamiento político que no sea el que favorezca a los poderosos”, dijo monseñor Álvarez a LA PRENSA, la tarde de este martes 3 de mayo.
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AFIRMAN QUE “INVISIBLE” ESTABA DESARMADO
Aguinaga murió la mañana del 30 de abril en la comarca Palancito, al noroeste de Río Blanco.
La familia de “Invisible” sostiene que el hombre estaba desarmado y fue rematado. El obispo de Matagalpa confirmó que por los sacerdotes de Río Blanco supo que Aguinaga “se encontraba desarmado y que fue brutalmente asesinado”.
Respecto a la denuncia de que Aguinaga fue herido, luego golpeado y “rematado” a tiros, el obispo Álvarez declaró que “todo crimen realizado contra la persona humana, contra civiles en una situación de indefensión, es totalmente reprobable y si a esto se suma la brutalidad o el salvajismo con que se hace, la tortura con que se realiza el crimen, es todavía mayormente reprobable y condenable, por supuesto”.
Por la mañana de este 3 de mayo, Álvarez presidió una misa en la parroquia Nuestro Señor de Veracruz, en la comunidad El Cacao, municipio de Darío, donde lamentó el asesinato de Aguinaga.
CENIDH SEÑALA AL EJÉRCITO
La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, señaló directamente al Ejército de cometer el crimen. “El asesinato de Aguinaga no puede verse aislado de la situación ya generalizada de violencia selectiva, que el Ejército de Nicaragua está impulsando en las montañas de Nicaragua”, dijo.
LA PRENSA consultó al vocero del Ejército, coronel Manuel Guevara, si esa institución militar efectuará alguna investigación alrededor del crimen, ante los señalamientos de que Aguinaga fue ejecutado por efectivos de la institución castrense. No obstante, el portavoz militar se limitó a referir: “Se reafirma lo planteado por el jefe del Sexto Comando Regional Militar, coronel (Alcides) Garmendia”.
Guevara se refiere a las afirmaciones vertidas el sábado de que la muerte ocurrió durante un supuesto intercambio de disparos, mientras una patrulla militar perseguía a presuntos abigeos. Consultado Guevara sobre animales u objetos ocupados en este operativo, él insistió: “Al respecto el coronel Garmendia precisó esos elementos”.
EL OTRO CRIMEN
El asesinato contra Aguinaga —según la defensora de derechos humanos— está más claro que el cometido contra Andrés Cerrato, ocurrido el 18 de abril en una comunidad de Ayapal, en el que también señala a soldados del Ejército, pues expresa que las declaraciones ofrecidas por la testigo principal es suficiente evidencia en contra de la institución militar.
Y resalta que el hecho de que la testigo asegure que les dio de comer, demuestra que usaron los mismos métodos empleados durante la guerra de la década del ochenta. “Aquí que no vengan con cuentos (de) que no se está impulsando en el norte del país una persecución selectiva contra personas que están de alguna manera manifestando su descontento y su insatisfacción con el proceder del gobierno”, dijo Núñez.
Para el secretario ejecutivo de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Marcos Carona, en el campo se está perdiendo la paz social y calificó que la actuación de los miembros de las instituciones (Policía y Ejército) “es de sicariato”, pues no solo detienen sino que torturan y quitan la vida.
Carmona criticó que estos hechos no son investigados, con lo cual la Policía se vuelve cómplice pues no dan con los responsables “de estos actos criminales”.
INSTA A DENUNCIAR
“He pensado en todos los que son asesinados en las montañas. Particularmente viene a mi pensamiento el caso de la comunidad Wanawás, en Río Blanco, donde un hermano nuestro fue torturado y asesinado”, manifestó monseñor Rolando Álvarez durante una misa oficiada en la parroquia Nuestro Señor de Veracruz, en la comunidad El Cacao, municipio de Darío, en ocasión de la fiesta religiosa de la exaltación de la Santa Cruz.
Al tiempo que instó: “Debemos denunciar esas acciones. Nos unimos al dolor de las familias que viven amenazadas bajo chantajes y coacciones”.
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