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Aún adoloridos por los asesinatos de dos de sus familiares en la comunidad Santa Rosa de Par Par, entre Wiwilí y San José de Bocay, campesinos de esos municipios jinoteganos denunciaron que otros dos parientes fueron detenidos como sospechosos de los crímenes, aunque uno fue liberado, el otro sigue preso, según ellos, injustamente.

Los denunciantes indicaron que hace más de dos semanas en Santa Rosa de Par Par fue asesinado José Félix Laguna Sevilla, quien fue impactado por perdigones de escopeta, sin que nadie supiera quién pudo dispararle.
Pero, al día siguiente, cuando los familiares volvían del sepelio, Vicente Anastasio Mairena Casco fue interceptado en el camino y también lo asesinaron con perdigones de escopeta, señaló telefónicamente José Alfredo Mairena Casco, hermano del último.
La Policía llegó a investigar los asesinatos y “en vez de buscar a los asesinos, agarraron a mi hermano de crianza (Marino Mairena Tinoco) y a un sobrino (Reinaldo Quezada Rodríguez) y no sé si es que hay alguna persecución contra nosotros”, expresó José Alfredo.
Agregó: “estamos adoloridos por lo que nos ha pasado y que todavía vengan a agarrar a los otros familiares y meterlos presos, no sé por qué”.
Quezada Rodríguez, por su parte, relató que con su tío Marino estuvieron en el velorio de Vicente y durante la noche, “íbamos para donde una tía, pero fuimos a buscar apoyo con la Policía, porque no queríamos caminar de noche, pero lo que recibimos fueron las chachas (esposas)”.
“A mi tío lo golpearon en el pecho y la espalda… después de eso nos pusieron a oler las mismas botas de hule que andábamos y que sueltan un olor desagradable… pasamos toda la noche ‘enchachados’ (esposados) con un mecate pasado entre medio de las chachas, guindados de los brazos”, relató Quezada.
Ambos estaban presos en Wiwilí y Quezada lamenta que los policías “me perdieron un librito de la Constitución Política y me preguntaban que por qué yo estudiaba eso, pero me dio miedo responder para que no me golpearan como al otro”.
Quezada fue liberado el domingo 20 de marzo, porque “ellos (policías) sabían que no tengo ningún delito”, sin embargo, apuntó que a su tío aún lo dejaron preso porque presuntamente “le arriman una pistola que en realidad era del finado Vicente Anastasio y que él (Marino) no la andaba”.
Por su parte, Alfredo apuntó: “quisiera que investiguen por qué lo tienen detenido (a Marino) y por qué en vez de detener a los delincuentes, detienen a los dolientes… y pedimos a Aminta Granera que aclaren esos crímenes, que quiénes los mataron y por qué”.
Un informe suministrado el 17 de marzo reciente por la Secretaría Ejecutiva de la Policía en Jinotega, señala que Marino Mairena Tinoco, de 34 años, fue detenido por posesión ilegal de arma de fuego. Según el informe, la Policía realizaba patrullaje en Santa Rosa de Par Par, Wiwilí, donde requisaron a Marino encontrándole un revólver 3-57 que portaba al lado derecho de la cintura.
“Se le preguntó por la documentación del arma y no andaba nada”, refiere el parte policial.
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