Que uno de sus pupilos pudiera conquistar un título mundial, era el sueño inobjetable de Róger Ernestino Rivas Munguía, un entrenador de boxeo con un poco más de cuatro décadas en la tarea de formar pugilistas en la septentrional ciudad de Matagalpa.
Este sábado 19 de marzo, en Johannesburgo, el sueño de Rivas fue materializado por Byron “El Gallito” Rojas, quien venció por decisión unánime al sudafricano Hekkie Budler para alzarse con la corona de las 105 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
LEA TAMBIÉN: Byron «El Gallito» Rojas es el nuevo Campeón Mundial de las 105 libras de la AMB
“Vos sabés, Luis Eduardo, que no me gusta engañar a nadie, pero ese título va para Nicaragua y en especial para Matagalpa”, dijo Rivas al periodista Luis Eduardo Martínez M., poco después del pesaje oficial para el combate Rojas-Budler en Johannesburgo.
Agregó: “Hemos puesto a Dios sobre todas las cosas y esperamos que este sueño que siempre hemos tenido se cumpla para Byron, su familia, la Promotora (Pinolero Boxing) de Marcelo (Sánchez), y de todos los que estuvieron involucrados en la preparación de Byron”.

Rivas tuvo antes oportunidades de título mundial como entrenador, dirigiendo a Carlos “Rapidito” Rueda y Darwin “Finito” Zamora. Ambos fallaron.
Pero, ya Rivas gozaba de grandes satisfacciones como entrenador de púgiles amateurs.
“No imaginé que entrenaría en boxeo profesional porque no me gustaba”, dice Rivas, apuntando que la mayor parte del tiempo lo dedicó al pugilismo aficionado, en el que sus pupilos le han brindado grandes satisfacciones, mencionando como ejemplo que Isaac Caballero (ya retirado del deporte) fue campeón centroamericano durante seis años seguidos y en 1998 consiguió medalla de bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en la categoría de 75 kilogramos.
En el boxeo aficionado siempre hemos tenido peleadores en la selección nacional, pero mi gran deseo es darle a Matagalpa uno o dos campeones mundiales que sean netamente matagalpinos”, dice el entrenador.
Corta carrera como boxeador
Nacido en Managua en 1949, Rivas quiso incursionar al pugilismo junto a su hermano Lino. Éste último hizo una buena carrera como pugilista y en la década de los 80 obtuvo una medalla de bronce en Juegos Panamericanos.
Róger, en cambio, tuvo poca acción. Él justifica que en esa época “había pocos peleadores”, por lo que únicamente hizo siete peleas de las cuales ganó cinco y perdió dos. Tres de sus victorias fueron por nocaut y por eso le apodaban “Pequeño Veneno”.
Firmado para pelear profesionalmente, Róger peleo tres veces más. Noqueó a uno de sus oponentes, pero perdió los otros dos combates.
“Nunca me tumbaron y las peleas que perdí fueron por decisión”, sostiene Rivas, indicando que solo su hermano logró derribarlo una vez en una sesión de entrenamientos.

La Escuela Hermanos Rivas
Tras el terremoto que en 1972 afectó la capital, Rivas y su familia se trasladaron a Matagalpa, donde un año más tarde se dedicaría a entrenar a su hermano Lino.
Así surgió la Escuela Hermanos Rivas en Matagalpa, por la cual han pasado cientos de atletas, incluyendo al ex jefe del Ejército, general en retiro Javier Carrión.
Cuatro décadas después, el “Pequeño Veneno”, junto a su hijo Marlon, entrena a más de 85 hombres y mujeres de todas las edades en distintas categorías. Al menos 15 son boxeadores profesionales.
Además de enseñar el boxeo, también procuramos formar en valores a los muchachos y muchachas”. Róger Rivas.
Facebook Comments