Vestido con un traje típico, con sombrero y el rostro pintado, simulando barba y bigote, el niño de dos años y medio va en brazos de su padre, Diego Membreño, en la multitudinaria procesión con la imagen de la Virgen de Guadalupe que cada año es realizada en la ciudad de Matagalpa.
“Este es segundo año que lo traigo”, dice Membreño, indicando que llevar a su hijo vestido como “indito” a la procesión, es una promesa porque la Virgen sanó al niño de “una enfermedad” que les parecía incurable.
El pago de promesas por favores recibidos es una de las razones por las cuales los feligreses visten los trajes folclóricos, pero también por gratitud, peticiones y tradición.
Kenia Martínez, acompañada por su hija y varias sobrinas, visten trajes típicos. “Hace cuatro años que venimos… somos devotas de la Virgen y lo hacemos también agradeciéndole por la salud de los niños que han sido sanitos”, refiere esta feligrés del barrio Guanuca.
Ovidio Castro Picado, un feligrés del barrio Otoniel Aráuz, recuerda que la tradición matagalpina de venerar a la Virgen de Guadalupe “es desde hace bastante y la muchedumbre siempre ha sido así, aunque ha crecido bastante”.
“Se han multiplicado las acciones de gracias a la Virgen por la intercesión de la Virgen ante Jesús por la salud, por el advenimiento del niño que está por nacer y esa madre después viene a darle gracias porque su hijo nació, entre otras”, comentó Castro.
Previo a la multitudinaria procesión, en la que hubo cantos marianos y el acompañamiento de mariachis y pólvora, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, presidió una misa en la pequeña iglesia de la Parroquia Santa María de Guadalupe, en el histórico barrio Guanuca, al norte de la ciudad de Matagalpa.
OBISPO RESALTA CELEBRACIÓN
“María es la puerta de la misericordia porque ella nos trae a Jesús y nos conduce a Él”, refirió el obispo, indicando que “gracias a María Santísima, Dios se nos ha revelado como misericordia en Jesucristo el hijo amado del Padre y de esta mujer santa”.
“Es providencial que en la víspera de la apertura de la Puerta Santa –por el año jubilar de la Misericordia- estemos celebrando a Nuestra Señora de Guadalupe porque ella nos trae y nos conduce a Jesús, de tal manera que es Ella quien nos está introduciendo al año santo”, apuntó el obispo.
Luis Eduardo Martínez M., LA PRENSA, 13 de diciembre de 2015
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