El Papa volvió a pedir diálogo en Ecuador, país que atraviesa tensiones sociales. «¿Amamos nuestra sociedad o sigue siendo algo anónimo?», se preguntó y recalcó la importancia de la familia como «célula de la sociedad»
El Papa Francisco volvió a hacer un llamado de atención a los ecuatorianos y pidió que la base familiar sirva como ejemplo para revalidar los lazos sociales. Francisco explicó que hay tres claves: «La gratuidad, solidaridad y subsidiaridad»
«La gratuidad no es complemento, sino requisito necesario para la justicia», aseguró Francisco. «Lo que somos y tenemos nos ha sido confiado para ponerlo al servicio de los demás. Los bienes están destinados a todos. Porque aun cuando uno tenga la lícita propiedad, pesa sobre ella la hipoteca social», explicó el Pontífice en la Iglesia de San Francisco, en Quito.
«La cultura del descarte ha tomado dimensiones mundiales», dijo alarmado Francisco. El Papa alzó así su la voz para cuestionar este fenómeno: «Un pobre que muere de frío y de hambre hoy no es noticia, pero si las bolsas de las principales capitales del mundo bajan dos o tres puntos se arma el gran escándalo mundial».
«En el pasado ha habido torpezas y atropellos, podemos afirmar que la amalgama irradia tanta exuberancia que nos permite mirar el futuro con esperanza. Y la iglesia busca colaborar con la búsqueda del bien común, siendo un signo profético que lleve esperanza a todos, pero especialmente a los más necesitados», aseguró.
El Papa, a finalizar, pidió que lleven sus palabras de aliento a los grupo que representan.
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