Policía calla sobre masacre

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El cuerpo de Karla Patricia Pérez Castro, de casi 30 años, fue encontrado en la humilde vivienda donde habitaba con su hija y compañero. LA PRENSA/LUIS E. MARTÍNEZ M.
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Familiares de las víctimas esperan que el caso sea esclarecido

Por Luis Eduardo Martínez M., LA PRENSA, 04 de julio de 2015

Acompañada por vecinas y amigas de la iglesia evangélica a la que asiste, Martha del Carmen Castro solloza en la sala de su casa, tratando de comprender quién o quiénes y por qué asesinaron a machetazos a su hija, nieta y yerno en la comunidad La Unión, 42 kilómetros al noreste de la ciudad de Jinotega.

El cuerpo de Karla Patricia Pérez Castro, de casi 30 años, fue encontrado en la humilde vivienda donde habitaba con su hija y compañero. LA PRENSA/LUIS E. MARTÍNEZ M.
El cuerpo de Karla Patricia Pérez Castro, de casi 30 años, fue encontrado en la humilde vivienda donde habitaba con su hija y compañero. LA PRENSA/LUIS E. MARTÍNEZ M.

“Me siento confundida”, expresa Castro, agregando que “lo que le digo a las autoridades es que den con las personas que hicieron este hecho”.Charlys

La Policía en Jinotega se mantiene sigilosa respecto a los avances de sus investigaciones, pero vecinos de La Unión confirmaron que Rafael Díaz o Mairena fue detenido como sospechoso de participar en los asesinatos de Karla Patricia Pérez Castro, de casi 30 años; Karla Mayerli Muñoz Castro, de 14, y Jairo Zeledón Tercero, de 35; ocurridos entre la noche del 29 y la madrugada del 30 de junio en esa pequeña comunidad, cuyos habitantes resienten la nula presencia policial.

Eduviges Germán González Picado vive a menos de veinte metros de la casa donde residía la familia asesinada y contó que su hijo Byron José González López fue quien encontró el cuerpo de Karla Patricia, el cual presentaba múltiples heridas de machete y estaba casi decapitada.

Luego fueron encontrados los otros dos cuerpos también macheteados. El de Karla Mayerli, con signos de haber sido violada, estaba cerca de un barranco a trescientos metros de la casa y el de Zeledón estaba sobre una piedra en el río Tuma.

González Picado contó que a su hijo “lo presionaron” los investigadores y “parece que eso le hizo daño… se me está muriendo”. La tarde del jueves 2 de julio, el muchacho presentaba alteraciones emocionales y tuvo que ser llevado a un centro asistencial.

María Daisy Castro Mairena, tía de Pérez Castro, cree que González López pudo ser testigo ocular de la masacre y mencionó que presuntamente el muchacho escribió una carta relatando lo ocurrido y quiénes eran los implicados en el triple asesinato.

González López habría escrito la carta porque temía que lo mataran y porque “a él lo amenazaron (también) con matar a toda su familia si él hablaba (…)”, refirió Castro Mairena, agregando que una familiar del muchacho “me habló de esa carta”.

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