La jefa de Estado arribó minutos antes de las 12 (hora Argentina) y fue recibida por el Sumo Pontífice. Es su quinta visita oficial a la Santa Sede. El presidente de Venezuela. Nicolás Maduro, canceló su viaje
Tras una visita fugaz a Sarajevo el sábado, el Papa se sumerge en una agenda con eje en Latinoamérica que tendrá como corolario un viaje a Bolivia, Ecuador y Paraguay, del 5 al 13 de julio. Marginados de los destinos de la visita oficial, otros mandatarios de la región acordaron audiencias para los días previos.
En ese marco recibe a la presidente Cristina Kirchner, que arribó al encuentro minutos antes de las 17 de Roma (12 horas de Argentina). Luego de una cálida recepción, la mandataria fue llevada hacia el salón de audiencias de la sala Paulo VI de la Santa Sede. Se trata del quinto encuentro oficial entre ambos. Posiblemente será también el último con ella en funciones.
El secretario de Culto, Guillermo Oliveri, anticipó que la cita será a «agenda abierta, con temas en común». Para el funcionario, entre la jefa de Estado y el Papa existe «un vínculo personal, ameno y cordial que ha sido corroborado en reuniones anteriores».
La comitiva argentina, que está integrada por el canciller Héctor Timerman, el secretario de Culto Guillermo Oliveri, el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro y embajador Eduardo Valdés, se ubicó -precisó la agencia Télam- en una sala contigua al salón donde se reúnen ambos jefes de Estado.
Desde que se confirmó el viaje, hubo cuestionamientos por el carácter político que el Gobierno podría atribuirle, dado que ocurre a las puertas de un proceso electoral. En una entrevista brindada en marzo, el Santo Padre reconoció que en ocasiones se ha sentido «usado» con fines de esa naturaleza. Pero no volvió a pronunciarse al respecto.
Ayer, mientras la mandataria se reunía con su ex par brasileño Lula Da Silva, ex soldados conscriptos que demandan reconocimiento formal como Veteranos de la Guerra de Malvinas dijeron haber enviado una carta al Vaticano con el fin de que Francisco los ayude con su reclamo cuando reciba a Cristina Kirchner.
«Volvemos a acudir a vos necesitando tu intervención directa, en la forma en que creas conveniente, para que las autoridades resuelvan nuestra situación después de tantos años de lucha», dice la misiva que los integrantes del Campamento TOAS de Plaza de Mayo le hicieron llegar al Sumo Pontífice. Quienes impulsan la demanda son ex conscriptos que fueron movilizados al sur durante el conflicto.
Estaba previsto que la audiencia de la Presidente estuviera precedida por la que tenía agendada el venezolano Nicolás Maduro, quien ayer canceló su viaje por un cuadro de gripe y otitis. También esa cita llegaba comprometida por planteos de sus críticos. La ONG Human Right Watch, los ex presidentes Andrés Pastrana (Colombia) y Jorge Quiroga (Bolivia) y el líder opositor Henrique Capriles habían solicitado vía a carta al Papa que interceda a favor de los presos políticos de Venezuela.
Hace tiempo que el bolivariano se deshace en elogios a Francisco (al que ya visitó una vez), quien no obstante ha mostrado una honda preocupación por «las dificultades» que atraviesa ese país.
Ambas reuniones estuvieron antecedidas por la que el ex arzobispo de Buenos Aires mantuvo el viernes con la chilena Michelle Bachelet, a quien le confió que en 2016 visitará su país, Argentina y Uruguay. Y días antes había hecho lo propio con José Mujica, ex jefe de Estado de ese último país. Aunque no hay confirmación oficial, el 15 de julio sería el turno del colombiano Juan Manuel Santos.
Luego de su estadía en Roma, Cristina Kirchner y Bachelet se trasladarán a Bruselas para participar en la cumbre que la Unión Europea celebrará con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) el 10 y 11 de junio para estrechar los lazos de cooperación y económicos.
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