A balazos fueron asesinadas una mujer embarazada y tres niñas, el sábado 9 de mayo reciente, en la comunidad Aguas Calientes de Daka, al noreste de la microrregión de Ayapal, municipio de San José de Bocay, departamento de Jinotega.
Tropas militares y agentes policiales salieron este domingo hacia esa comunidad, cincuenta kilómetros al noreste del caserío de Ayapal, para investigar sobre dicha masacre. Llegar al sitio les tomará dos días caminando a policías y soldados, calcularon autoridades de ambas instituciones.
Marlene Peralta Pérez, de 30 años, quien estaba embarazada, habría sido asesinada igual que sus hijas Mariela Azucena, Jessy Magdiel y Brimasli Calderón Peralta, de 9, 7 y 5 años, respectivamente.
Las autoridades policiales en Jinotega y del Sexto Comando Militar Regional del Ejército, con sede en Waswalí, Matagalpa, dijeron desconocer detalles sobre el suceso.
Presuntamente, la masacre habría sido ejecutada por al menos siete elementos cuyas identidades no habían sido determinadas.
No obstante, una fuente militar dijo que “no sabemos nada de cómo ocurrió, solo que supuestamente murieron una señora y tres chavalitas, pero andan la Policía y gente del Ejército en el lugar”.
Conforme la información preliminar conocida por las autoridades, el crimen tuvo ribetes de una posible pasada de cuentas.
“Según datos que tampoco son claros, parece que hubiera problemas personales entre dos familias”, agregó la fuente militar.
Moisés Calderón, de 35 años, esposo de Peralta y padre de las niñas asesinadas, sobrevivió al atentado, aunque las autoridades tampoco precisaron si él estaba en la casa al momento en que habrían llegado los asesinos.
¿Y LOS CRÍMENES DE MARZO?
Precisamente en Ayapal, el 28 de marzo, un hombre y sus dos hijos fueron asesinados y sus cuerpos fueron abandonados en un basurero, con señales de tortura. Sobre este caso, la Policía nunca se pronunció ni tampoco ha capturado a los presuntos responsables, de acuerdo con recientes declaraciones de familiares de las víctimas.
Los cuerpos de Lindolfo López Gómez, de 54 años, y sus hijos Nelson Lindolfo y Harold Antonio López Blandón, de 23 y 26 años, respectivamente, fueron encontrados en un basurero en la periferia del caserío de Ayapal.
Se manejó que podría tratarse de una pasada de cuentas, pues la noche anterior López Gómez y sus dos hijos estuvieron tomando licor en la barrera que funciona en el caserío.
La semana pasada Reina Blandón, esposa y madre de las víctimas respectivamente, denunció que las autoridades policiales no han capturado a los asesinos de sus familiares. Además dijo que por temor han tenido que huir de su hogar.
“A ellos, mi marido y mis hijos, los emboscan, los llevan maneados y los llevan a un basurero en donde les tasajearon las manos y le sacaron las uñas, y después les dieron tres puñaladas. Yo estoy pidiendo justicia, porque ya nos amenazaron a nosotros y nos han querido matar porque mis nueras no aceptaron dinero para callar el crimen”, relató la señora la semana pasada.
Cuando ocurrió el crimen de su compañero e hijos, Blandón estaba detenida. Al respecto comentó que su suplicio comenzó cuando fue abusada sexualmente y después de hacer la denuncia y lograr que los autores pasaran un mes presos llegaron a colocar drogas en su casa, por lo que fue encarcelada desde el 2012.
Dijo que sus hijos y esposo estaban buscando un abogado en Jinotega para sacarla cuando en Ayapal apareció un ciudadano
POLICÍA SABE
Sobre el triple asesinato ocurrido en marzo pasado, Ramón Blandón (hermano de Reina Blandón, esposa y madre de las víctimas), comentó la semana pasada que al buscar ayuda de las autoridades policiales estas dijeron que a pesar de saber quienes son los que mataron a sus familiares todavía no han hecho los movimientos necesarios para atraparlos.
“A mí me recibió el comisionado Solís y me dijo que estaban detrás de ellos porque estaban huyendo. Lo que se sabe es que en la Fiscalía dijeron que el expediente no estaba completo por eso no podían meterlos presos”.
Facebook Comments