Yelba Chavarría de Calderón, empezó con una pequeña tienda y hoy es la propietaria de uno de los negocios más prósperos de Matagalpa, al punto que fue distinguida en 2014 por el INDE. Aquí explica cómo se logra el éxito
Por Luis Eduardo Martínez M., LA PRENSA, 15 de abril de 2015
Su historia es inspiradora. Originaria de una comunidad rural cercana a la ciudad de Matagalpa, Yelba Chavarría de Calderón buscó empleo como dependiente de una tienda para sostener sus estudios nocturnos de educación secundaria y luego la carrera de contabilidad, la cual ejerció durante ocho años, para una delegación de Gobierno, hasta que en 1988 decidió abrir una pequeña tienda en casa de una cuñada.
Hoy es dueña de Importaciones Yelba, uno de los establecimientos comerciales más grandes en Matagalpa, en el que genera entre veinte y cincuenta empleos sin incluir a “un montón” de familiares que le apoyan en “temporadas altas” y por cuyo crecimiento y sostenibilidad fue nombrada como Empresaria Distinguida por el Instituto Nicaragüense de Desarrollo (INDE), en 2014, durante la celebración del Día del Empresario, celebrado por el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep).
Destaca, además, por su activa participación en diversas causas altruistas como miembro de las juntas directivas del Patronato de Reos, la filial departamental de la Fundación Teletón, Club de Leones, entre otras; así como en la dirigencia de la Cámara de Comercio e Industrias de Matagalpa y el INDE, porque “uno tiene que compartir lo que ‘Papá Chú’ le regala”.
¿Cómo hace con el tiempo, para atender tantas actividades sin descuidar a la familia y al negocio?
(Ríe) En este caso el Señor te da las fuerzas que necesitás para poderlas cumplir, hijo. En mi casa también trato de involucrar a mis hijas en todas estas cosas.
¿A qué atribuye el éxito, el crecimiento de su empresa?
Pienso que es por el trato que brindamos al cliente, porque a la gente le gusta ser bien tratada y hay lugares donde usted llega y no se siente identificado, ni por las vendedoras mucho menos por el dueño, entonces yo siempre estoy al frente, viendo si el cliente pasó adelante, si es que no compró porque no había el producto o si no le gustó, por lo menos para ir viendo qué hay, qué no hay en la tienda. Trato de mantener aunque sea dos o tres piezas de cada cosa, porque usted entra por una cosa y salió con otra. Es lo que realmente siento que es el éxito de la tienda: tener de todo un poquito, pero de todo.
Matagalpa ha enfrentado algunas crisis, como las del café, por ejemplo, que es muy incidente en la economía local, ¿cómo las ha superado?
Lo que hemos hecho es bajar los porcentajes de utilidades, porque a veces no es tan difícil subir precios, sino mantenerlos bajos; hemos tratado de bajar los márgenes de utilidad, más para mantener a los empleados y a la clientela. Si la economía no anda tan bien, como se dice, pues tratando de mantenerse en el mercado y priorizando mercaderías (…), trabajando por temporadas, porque por ejemplo, al empezar el año escolar pedimos con tiempo los uniformes escolares. Un señor los hace en Granada con las exigencias de los estudiantes, un pantalón con buena tela y que se vende a buenos precios. Luego preparamos para lo del mes del amor y la amistad, después lo de verano, entonces así, lo que es de temporadas.
En la ciudad abren negocios, pero subsisten poco tiempo, ¿a qué se debe y cómo su negocio se ha sostenido?
Es bien triste abrir un nuevo negocio, porque a veces, por la misma inexperiencia como empresario, uno cree que de la noche a la mañana va a generar ganancias, que hoy puse el negocio con todo el surtido y todo lo bueno que le ponga, pero tal vez no tienen el carisma de estar pendiente del cliente. Tampoco es que de la noche a la mañana el negocio va a florecer, a como dicen, el tiempo es el mejor aliado. Entonces, a veces la gente se desanima con facilidad, como no vieron lo que esperaron en el momento entonces decidieron mejor cerrar el negocio, pero la verdad es que abrir un negocio es muy difícil (…), cuando empecé fue duro, “que no hay (dinero) para tal cosa”, entonces mi esposo un día me dice: “si la tienda no te está dando, entonces es mejorar cerrar”, pero yo le decía que no era que la tienda no diera, porque si lo que usted gana se lo va a empezar a comer no va a hacer nada y hay personas que cuando empiezan a ver que el negocio florece, entonces se van a comprar un carrazo del año, se fueron a hacer viajes de placer. En cambio, aquí nosotros estamos, como dice la canción, de sol a sol. En vacaciones es cuando uno más trabaja. Por ejemplo, en Navidad, nos hemos ido a las 11, 12 de la noche y ya uno llega a casa solo con ganas de sentarse y quitarse los zapatos; pero si usted quiere ver florecer su negocio tiene que sacrificarse en todo el sentido de la palabra, porque el éxito requiere de sacrificios.
De manera general, ¿cuál es su opinión sobre la relación Gobierno- empresa privada?
¿Qué le digo? Pienso que ayudan, pero una vez le decía a alguien que el Gobierno abre las puertas al extranjero que viene a poner un negocio y, digamos, tal vez a los que estamos aquí adentro, al que viene labrando el piso desde abajo, a veces se le ponen algunas trabas y no lo dejan superarse (…) yo por lo menos no he tenido problemas con el Gobierno, hace algunos años eran bien duros con los impuestos. En los tiempos de Byron Jerez teníamos el terrorismo fiscal que hasta hacíamos manifestaciones en la calle, pero gracias a Dios todo eso se ha superado. Y yo pienso que sí ha habido buena relación en cuanto a lo que es el Gobierno con la empresa privada.
¿A quién beneficia esa relación?
Yo pienso que a pequeños y grandes, o al que es inteligente. Ríe.
Y a nivel local, ¿cómo es la relación del Gobierno municipal con la empresa privada?
Pues aquí en Matagalpa no hemos tenido ningún problema, siempre que se les pide colaboración siempre hemos tenido respuestas positivas (…), hay otros lugares donde las alcaldías es muchísimo lo que cobran de impuestos, entonces al comerciante no lo dejan expandirse.
Pero aquí el sector comercial critica el crecimiento del comercio informal, incluso la realización de tantas ferias, ¿de qué manera les afecta?
Bueno, eso de las ferias siempre lo hemos comentado con la Alcaldía, que no es conveniente ese montón de ferias que se montan, porque al final de cuentas, ¿qué es lo que pasa?, vienen de otros lados a hacer sus agostos a las ferias aquí en Matagalpa y ahí mucho se ve la delincuencia que prevalece en esos días, viene mucha gente disfrazada de que vienen al negocio y andan robando, mucha delincuencia, se supone que las ferias es algo de que usted vaya a comprar cosas rebajadas, pero venden mucho más caro (…), afean la ciudad y ponen ese montón de chinamos y mire cómo se vienen quedando ese montón de chinamos en las calles, que eso realmente le quita la parte bonita a la ciudad. Esos negocios en la calle que dañan a la población, porque las aceras están ocupadas por las ventas y la gente se tiene que salir a la calle y expuesto a que un vehículo lo vaya a atropellar. Entonces lo hemos estado viendo con la Policía, como Cámara de Comercio, y se le exponían todos esos casos al comisionado, porque realmente tenemos que buscar cómo ordenar la ciudad. Entonces él decía que la gente se molesta, pero si no ponen las cartas sobre la mesa nunca lo vamos a lograr.
Matagalpa es uno de los territorios más diversificados productivamente, pero antagónicamente mucha gente vive en condiciones de pobreza, ¿hacia dónde se debe apuntar para cambiar esa realidad?
Como INDE estábamos viendo que una de las formas podría ser, y ya estamos más o menos en conversaciones para ver si se puede, traer una zona franca, porque aquí lo único que la gente tiene es para ir a cortar café y mire cuánta gente está emigrando y la mayoría para Costa Rica, pero si pusiéramos algo para generar empleos y la gente no tenga que estar emigrando, la realidad cambia.
¿Qué le aconseja a sus colegas y a las autoridades para mejorar la economía en Matagalpa?
Que le dediquemos un poco más de tiempo a la pequeña industria, que haya más capacitaciones; a los colegas que estén más pendientes de sus clientes, estar siempre al “pie del cañón” y ser cuidadosos con la administración para seguir adelante.
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