Por Sara Ruiz, LA PRENSA, abril de 2015
En la misa realizada por el primer aniversario de la muerte del sacerdote Juan Francisco Blandón Meza, monseñor Carlos Herrera hizo un llamado a las autoridades de Jinotega para que esclarezcan los hechos alrededor del asesinato del padre, ocurrido en abril del año pasado en Wiwilí.
Monseñor Herrera destacó que las autoridades responsables de aclarar la muerte del sacerdote se han quedado en silencio y no han dado un dictamen definitivo ajustado a la verdad, que no deje sombra sobre la labor apostólica ejercida en el momento que lo mataron.
“Sabiendo que hubo otra persona como testigo de los hechos trágicos, queda como interrogante quién informó al hechor y suicida de que su esposa estaba en la casa cural, conociendo el estado psíquico de dicha persona”, declaró monseñor Herrera, para luego reiterar la solicitud de aclarar los hechos y que el nombre del padre quede limpio de una vez.
El padre Francisco recibió dos balazos cuando trató de defender a Sandy Hernández, quien también fuera asesinada por Heynar Maldonado (su pareja), que luego se suicidó.
Este hecho produjo diversos comentarios y por esa razón monseñor Herrera declaró que no puede haber verdadera paz y amor sobre bases de injusticia, de violencia y de intrigas y más aún cuando el padre murió cumpliendo sus obligaciones espirituales al atender a una víctima de la violencia que solo buscaba consejo.
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