Por Luis Eduardo Martínez M., LA PRENSA, 02 de abril de 2015
Agentes policiales están indagando las circunstancias en las cuales el adolescente Jáder Urbina Orozco recibió un balazo que en la cabeza le asestó presuntamente el dueño de un bar en la comunidad La Naranja del municipio de San Rafael del Norte, Jinotega.
Un parte preliminar de la Policía de Jinotega señala que el Martes Santo, 31 de marzo, Urbina, de 16 años, habría llegado al bar de Jacobo Blandón a comprar cervezas y luego regresó para comprar una sopa instantánea.
Sin embargo, según la Policía, el muchacho fue interceptado por dos sujetos cuyas identidades fueron omitidas en el parte y que presuntamente querían robarle, por lo que el Urbina tomó una piedra lanzándola contra los atacantes, pero con dirección al bar.
Ante la pedrada, Blandón salió con un arma de fuego, de calibre y tipo omitido en el parte policial, la cual disparó contra Urbina, asestándole el balazo en la cabeza.
La Policía llegó al sitio para realizar las averiguaciones correspondientes y el informe tampoco menciona si Blandón pudo ser arrestado o huyó.
Desde el Domingo de Ramos, 29 de marzo, en Jinotega han sido reportadas seis muertes violentas, incluyendo la del adolescente Urbina.
Lindolfo López Gómez, de 54 años y sus hijos Nelson Lindolfo y Harold Antonio López Blandón, de 23 y 26 años, respectivamente, fueron asesinados a cuchilladas en un basurero en la periferia del caserío de Ayapal, municipio de San José de Bocay.
Mientras que Pedro Pablo González Díaz, de 23 años, fue víctima de seis cuchilladas y un balazo que presuntamente le asestó Efraín Tinoco Castro, en una iglesia evangélica de la comunidad El Faro Número Uno, en Plan de Grama, municipio de Wiwilí.
Asimismo, el profesor Pedro Antonio López Castro, de 54 años, murió tras recibir 21 cuchilladas en su propia casa en la comunidad El Paraíso de la comarca La Fundadora, al sur del municipio de Jinotega.
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